METODOLOGÍA DE PROCESO ENFERMERO CON MODELO
CONCEPTUAL DE VIRGINIA HENDERSON EN ASISTENCIAS
EXTRAHOSPITALARIAS EN LA PROVINCIA DE CÁDIZ |
Juan
Antonio Péculo Carrasco, Mónica Rodríguez Bouza, J.
Pedro Jiménez Cordero |
Servicio
Provincial 061 de Cádiz. Empresa Pública de
Emergencias Sanitarias |
En el año 1999 un grupo enfermero de la Empresa Pública de
Emergencias Sanitarias (EPES) diseñó el proyecto de
investigación “Implantación y validación de diagnósticos de
enfermería en la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias”, que
fue aprobado y subvencionado por el Plan Andaluz de
Investigación (Consejería de Salud de la Junta de Andalucía,
exp. 75/99).
En primer lugar se determinó el grado de conocimiento y
percepción que las enfermeras tenían del proceso
enfermero (PE), para poder orientar la acción formativa
posterior. Además se diseñó un registro propio, que
contemplaba las fases del proceso adoptando el modelo de
Virginia Henderson. Desde julio de 2001 se comenzó a
trabajar con el nuevo registro, y paulatinamente se
fueron ofreciendo las acciones formativas oportunas
(cursos, seminarios, sesiones…).
En esas fechas, el Centro de Acreditación y Calidad de
la empresa, que diseñaba un plan de evaluación para cada
categoría profesional, consideró el registro enfermero
la herramienta idónea para evaluar la actividad
asistencial de las enfermeras. Se estableció como
objetivo que se cumplimentara el registro en aquellos
pacientes asistidos y trasladados a hospital por el
equipo de emergencias.
A pesar del interés de la empresa y del equipo
investigador, diversas situaciones impidieron que esta
primera estrategia de implantación se llevara a cabo con
éxito. Si bien la experiencia tuvo momentos exitosos,
hubo también situaciones de rechazo por parte de algunos
compañeros [1].
Por una parte, los profesionales enfermeros veían con
recelo el cambio de rol de su trabajo, centrado la
mayoría de las veces en un manejo experto de situaciones
fisiopatológicas y el aparataje electromédico
relacionado, y en el que no había que registrar nada en
absoluto. Por otra parte, la mayoría de los directivos
no entendían realmente qué era y qué suponía trabajar
con la metodología de PE. En muchos casos lo reducían a
la cumplimentación del registro. Esta situación no tardó
en frustrar las aspiraciones de muchos enfermeros que,
con escasa formación y nulo seguimiento/asesoramiento,
se enfrentaban a un registro que no entendían y que
acababa “en la papelera del servicio de urgencias” en
demasiadas ocasiones. Además, la obligatoriedad de
cumplir los objetivos pactados llevó en muchas ocasiones
a degradar la implantación del PE a una simple
colocación de cruces en las casillas correspondientes,
generando rebeldía y rechazo hacia todo lo que incluyese
las palabras “Proceso Enfermero”. La implantación de la
nueva metodología se había transformado, para la mayoría
de profesionales, en una imposición de la empresa.
Como consecuencia de todo esto, el nivel de
cumplimentación del registro de los primeros meses se
redujo drásticamente en la mayoría de los servicios
provinciales. A lo largo del año 2003, en servicios
provinciales como Cádiz, llegaron incluso a desaparecer
de las bases de los equipos de emergencias los formatos
del Registro.
No obstante, la semilla había sido plantada: era
cuestión de que las condiciones ambientales mejorasen
para que el árbol comenzara a crecer. A finales del año
2003 un grupo de enfermeros de las ocho provincias
andaluzas fueron convocados por la empresa para, en
principio, modificar el registro existente. En este
grupo había personas que trabajaron en el primer intento
de implantación del proceso, pero también otros a los
que le había calado la idea de esta metodología, y
entendían que ese era el camino por el que había que ir.
En Enero de 2004, estos profesionales presentaron un
esbozo de lo que posteriormente iba a suponer el II Plan
Estratégico para la implantación del Proceso Enfermero
en la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias.
Consideraban que implantar esta metodología no era sólo
diseñar un nuevo registro. Precisamente este diseño
debía ser una de las últimas etapas del plan.
Como prólogo inexcusable a todo el plan se redacto de
forma consensuada el documento que tenía que servir de
referencia en cada paso, nuestro Marco Conceptual [2].
Serviría no sólo a los profesionales enfermeros, sino
también al resto de la empresa, que con distintas
categorías profesionales y puestos de responsabilidad
podrían tener la oportunidad de conocer de primera mano
qué era eso de “Proceso Enfermero”.
Este Plan Estratégico tiene por objetivo general garantizar en
EPES la atención enfermera en base a un modelo conceptual y un
método científico para prestar los cuidados de forma integral al
paciente y su familia en el contexto de la atención
extrahospitalaria, haciendo asimismo realidad la continuidad de
cuidados interniveles.
La metodología utilizada para conseguir los objetivos se
sustenta en líneas estratégicas de trabajo
interrelacionadas que se van desarrollando a lo largo de
dos fases delimitadas, en cuanto a las acciones a llevar
a cabo y los plazos de ejecución de las mismas. Las
líneas estratégicas de trabajo son:
1.
Apoyo Institucional, que se orienta a aportar los
recursos necesarios al grupo regional de Proceso
Enfermero, así como fomentar el conocimiento y apoyo
a PE en la dirección de la empresa.
2. Formación, que tiene como objetivo dotar a los
profesionales enfermeros de conocimientos necesarios
para trabajar con la metodología de PE según el
modelo adoptado de Virginia Henderson.
3. Registro, que pretende crear un documento que
permita registrar las fases del PE en asistencias
reales, adecuándolo a las características propias de
la emergencia prehospitalaria.
4. Mejora continua, que tiene como objetivo evaluar
la calidad individual del cuidado enfermero, en
relación a los resultados esperados en nuestro
medio.
5. Continuidad de cuidados, que tiene como objetivo
establecer líneas de continuidad de cuidados con
Atención Primaria y Especializada, incluyendo a las
Enfermeras Comunitarias de Enlace y las Enfermeras
Hospitalarias de Enlace.
6. Comunicación y difusión, que tiene como objetivo
la divulgación institucional de Proceso Enfermero en
EPES y en el Sistema Sanitario Público de Andalucía.
7. Investigación, que pretende alentar e impulsar la
producción científica relacionada con PE en atención
extrahospitalaria, así como elaborar Guías de
Práctica Enfermera para la atención de pacientes
dependientes.
8. Desarrollo tecnológico, que tiene como objetivos
adecuar el sistema de información de la empresa a la
evolución del PE, y diseñar una base de datos para
seguimiento de pacientes derivados, en entorno web
compatible con el resto del Sistema Sanitario
Público de Andalucía.
Las fases planificadas, en las que se están trabajando
las distintas líneas estratégicas son:
1.
Fase de Diseño e Inicio del proyecto, desde junio de
2004 hasta diciembre de 2005.
2. Fase de Consolidación del Proceso Enfermero,
desde diciembre de 2005 hasta diciembre de 2006.
La formación en metodología de PE fue diseñada en
función de sus cinco fases. La metodología de estas
sesiones no se orientó exclusivamente a la formación,
sino también a la motivación y participación en el
proyecto. No pretendía ser una transmisión de
conocimientos. La asimilación de los contenidos y de la
nueva metodología era factor clave. Así, cada uno de los
tres módulos diseñados contaba con dos sesiones de 8
horas, separadas en el tiempo entre 15 y 20 días. En la
primera sesión se exponía la parte más teórica, siempre
orientada a las urgencias y emergencias, mientras que la
segunda sesión tenía un carácter más práctico. Además,
el aprendizaje progresivo de las fases del proceso
contribuyó a una mayor aceptación por parte de los
compañeros.
El primer módulo se dedicó a tener una visión global del
proceso, profundizando en la etapa de valoración e
introduciendo la de diagnóstico. El segundo módulo se
dedicó a repasar la valoración, profundizar en el
diagnóstico e introducir la etapa de planificación. El
tercer y último módulo está dedicado a repasar la
valoración y diagnóstico, profundizar en la
planificación, ejecución y evaluación, e introducir
conceptos de Enfermería Basada en la Evidencia.
La creación del Registro seguiría la misma intención. Al
finalizar el primer módulo se presentó la primera parte
del registro, la Hoja de Valoración Enfermera (HVE). Al
finalizar el tercer módulo se presentará el registro
completo, contemplando las cinco fases del proceso.
RESULTADOS PRELIMINARES DEL PLAN |
Desde el principio se veía necesaria la opinión de los
compañeros de toda la empresa. Para ello se desarrolló un
cuestionario que medía el conocimiento de los profesionales en
aspectos básicos y avanzados del PE. Los resultados, en general,
no fueron muy alentadores. En el servicio provincial de Cádiz,
casi todos los enfermeros habían recibido formación específica
en PE (88,3%) A pesar de esto, sólo el 33,4% supo enunciar
las cinco fases del PE, el 24% supo relacionar el modelo
Virginia Henderson con las 14 necesidades básicas, y un 32,4%
distinguía un problema de colaboración de un diagnóstico
enfermero.
Además, con técnicas cualitativas, se valoró las
actitudes y opiniones en referencia a PE. En Cádiz, se
valoró de forma positiva la adopción de la metodología
de PE por diversos motivos: “deja reflejado qué hacemos
los enfermeros”, “debería mejorar la calidad de los
cuidados”, “disminuirá la variabilidad de nuestra
práctica”, etc... Aunque también hubo voces
discordantes: “sólo sirve para fiscalizar nuestro
trabajo”, “no va a ser mejor enfermero el que rellene
más papeles”, “en nuestro trabajo es imposible realizar
todo el proceso”, etc… Además de esto destacaron dos
cuestiones ineludibles: proceso enfermero no se entendía
sin un registro adecuado ni sin continuidad de cuidados.
Dos meses después de comenzar a utilizar la HVE, con el
primer módulo formativo realizado, se inició un estudio
descriptivo de tipo transversal que tenía como objetivo
conocer cuál era el nivel de consenso de los
profesionales con el nuevo registro, así como
cuantificar los conocimientos que tenían de esta
herramienta. Fueron sujetos de estudio los enfermeros
del Servicio Provincial 061 de Cádiz. Se utilizó un
cuestionario autoadministrado, previamente pilotado, que
medía el acuerdo existente acerca de cada uno de los
ítems que componen la HVE, en referencia a dos
afirmaciones: “Este ítem debe estar presente en la HVE
de EPES” y “Sé valorar este ítem de la HVE de EPES”. Las
puntuaciones oscilaban desde 0 (totalmente en
desacuerdo) hasta 10 (totalmente de acuerdo). Se
recogieron 27 cuestionarios (90,3% de enfermeros). Las
necesidades que obtuvieron mayor consenso, acerca de la
pertinencia de estar en la HVE, fueron, en valores
medios, Movilidad (9,07), Aprender (8,98), Seguridad
(8,68) y Comunicación (8,68). En contra, las que
suscitaron menor consenso fueron Vestirse (6,23),
Valores/Creencias (6,74) y Autorrealización/Ocio (6,85).
Las valoraciones en las que existió menor proporción de
acuerdo fueron: Estreñimiento (36,4%), Ropa adecuada
(36,3%), Satisfacción con estado de salud (54,4%) y
Declaración de voluntades anticipadas (36,3%). En cuanto
al conocimiento, las necesidades que resultaban más
difíciles de valorar eran, en puntuación media,
Seguridad (7,76) y Valores/Creencias (7,10). El 63,7% no
estaba de acuerdo con que supiera valorar “Respuestas de
afrontamiento”. Igual ocurrió con “Origen de inquietud”
(45,5%) y “Satisfacción con estado de salud” (49,9%).
Para conocer cómo se estaba cumplimentando el nuevo
registro se estudiaron todas las HVE de los enfermeros
del Servicio Provincial 061 de Cádiz, desde el 20 de
febrero al 31 de mayo de 2005. Se valoró la
cumplimentación de cada uno de los ítems que se
agrupaban en 14 necesidades básicas (modelo Virginia
Henderson), así como la presencia de problemas de
colaboración, problemas de autonomía y/o diagnósticos
enfermeros. Se recogieron datos de 657 HVE (28,85% de
los pacientes asistidos). Las necesidades que en más
ocasiones habían sido valoradas eran: Respirar (94,4%),
Movilidad (89,0%) y Comunicación (87,8%). Por el
contrario, las que menos habían sido valoradas eran:
Autorrealización/Ocio (26,8%), Dormir/Descansar (33,1%)
y Eliminación (46,2%). Los ítems con menor proporción de
valoraciones fueron: Hora última ingesta (10,8%),
Declaración Voluntades Anticipadas (13,1%), Peso
(24,0%), Realiza actividades de ocio (25,3%), Alteración
calidad del descanso (29,5%) y Sentirse útil (29,6%). En
el 62,1% de las HVE se cumplimentó el cuadro resumen de
todas y cada una de las 14 necesidades básicas. Se
concluyó con, al menos, un problema de colaboración, un
problema de autonomía o un diagnóstico enfermero, bien
formulados, en el 49,7%, 8,5% y 47,7% respectivamente.
En el 32,9% de las HVE no se formuló ningún problema
detectado.
Con la incorporación del nuevo registro como objetivo de
la empresa y la nueva versión de la HVE, que fue llevada
a imprenta, con distintivos corporativos, hoja
autocopiativa, etc… se compararon los datos de los
primeros meses, evidenciándose un notable aumento en la
cumplimentación de la nueva HVE. En el mes de julio se
cumplimentaron 409 registros ( 86,1%) y en agosto 506
(85,9%), llegándose en septiembre al 94,7%.
Por otra parte, a tenor de los resultados del análisis
cualitativo, se comenzó a trabajar desde distintas
ópticas la continuidad de cuidados con otros niveles
asistenciales. La incorporación a las subcomisiones de
Cuidados Críticos, dependientes de las Comisiones de
Cuidados de Área, y la cercana relación con las
Enfermeras Comunitarias de Enlace centraron nuestros
esfuerzos. En referencia a estas últimas existe una
colaboración importante en un proyecto de investigación
aprobado por la Consejería de Salud de la Junta de
Andalucía y el Fondo de Investigación Sanitaria del
Instituto de Salud Carlos III, que tiene como objetivos
principales conocer el perfil del cuidador principal en
las demandas asistenciales urgentes de pacientes
dependiente, así como las características que definen al
cuidador principal con diagnóstico de “Cansancio en el
rol de cuidador”.
La creación del Grupo Regional de Proceso Enfermero ha sido el
motor de todo este desarrollo. Se trata de un grupo de
enfermeros que tiene experiencia del primer intento de
implantación del PE, con mucha experiencia en el ámbito de las
emergencias extrahospitalarias, y lo suficientemente heterogéneo
para conseguir diferentes visiones sobre las estrategias a
seguir. Representan a los ocho servicios provinciales, y sirven
de nexo de unión con los demás compañeros. Las estrategias se
discuten desde diferentes visiones y son operativizadas con el
mayor consenso posible por el resto del grupo. Además de
conocimientos teóricos sobre el PE, el grupo aporta sobre todo
una visión práctica de la metodología, asumiendo que el ámbito
de trabajo en el que nos movemos es muy diferente al propuesto
en la literatura enfermera.
Este grupo no se hubiera creado de forma espontánea sin
un apoyo e interés institucional. La existencia de una
enfermera en un puesto directivo, que presenta, forma,
informa y defiende el PE ante el resto de directivos
está suponiendo un continuo respaldo. Los profesionales
enfermeros convencidos de la idoneidad de la metodología
de PE tienen un referente enfermero que se encarga de
coordinar el grupo regional y que entiende a la
perfección las necesidades, dificultades,
características propias, etc….
Por otra parte, surgió la necesidad de contar con un
grupo asesor externo que facilitara la toma de
decisiones y orientara los pasos a seguir a lo largo del
plan. En nuestro caso se trata de la Sociedad Andaluza
de Enfermería en Cuidados Críticos (SAECC), referentes
en Andalucía de la metodología de proceso enfermero en
pacientes críticos y que han supuesto un verdadero
estímulo para el grupo.
Otra pieza clave del plan está siendo la formación
continuada de los profesionales, y no la mera
transmisión de contenido en unas cuantas horas, como ya
ocurriera anteriormente. Una formación basada en la
práctica y una práctica basada en la formación. No tener
experiencia en la práctica de esta metodología empobrece
la formación, porque los profesionales no pueden
participar de forma activa en ella. Pero, cuando el
profesional ha estado practicando lo aprendido, y llega
al siguiente módulo, las dudas y experiencias planteadas
en este periodo enriquecen sobremanera el hecho
formativo de todos.
Por último, el registro es la herramienta visible de
todo el proceso, tanto para los enfermeros de las
emergencias extrahospitalarias como para los demás
niveles asistenciales. El diseño de un registro tan
simple como completo, tan fácil de cumplimentar como
riguroso en los datos que contiene, ha sido una tarea
ardua, que aún se está realizando, y en el que están
implicados todos los profesionales de la empresa. A
través del grupo regional se vehiculizan todas las
opiniones, aportaciones, críticas, … que suscita el
registro.
El trabajo no está terminado, las estrategias han
impulsado el proceso, pero aún hay líneas que están por
desarrollar. Destacaremos la Línea de Investigación,
sustentada ahora con la práctica de los profesionales,
con el interés suscitado por aprender y avanzar, con el
aumento de literatura enfermera y de nuestros
conocimientos en Enfermería Basada en la Evidencia. El
uso de Guías de prácticas y revisiones sistemáticas y
bibliográficas pretende servir de plataforma para la
creación o adopción de unos cuidados estandarizados de
máxima calidad, basados en la evidencia disponible, que
reduzcan la variabilidad en la práctica. El camino sólo
ha hecho comenzar…
[1] Rodríguez
Salvador MM, Torres López A, Azañón Hernández R, Rodríguez
Camero M, Palma García J. Experiencia en la implantación del
proceso enfermero en emergencias. Tempos Vitales, 2003; 1: 4-10.
[2]
Rodríguez Rodríguez JB, Carrión Camacho MR, Espina Boixo
MA, Jiménez Cordero JP, Oliver Mogaburo MC, Péculo
Carrasco JA, Rodríguez Bouza M, Maiz Gabino MV. Marco
conceptual Proceso Enfermero en EPES. Hacia la
excelencia en el cuidado extrahospitalario. Empresa
Pública de Emergencias Sanitarias. Málaga, 2005.
El Grupo Regional de Proceso Enfermero de la Empresa
Pública de Emergencias Sanitarias está compuesto además
por: Juan Bautista Rodríguez Rodríguez, Miguel Ángel
Espina Boixo, Mª Reyes Carrión Camacho, Mª Carmen Oliver
Mogaburo, José Antonio Gómez Cano, Manuel Moyano
Jiménez, Enrique Coca Boronat, Javier Palma García,
Antonio Montero García, Juan Alfonso Trujillo Illescas,
Rafael Muñoz Arcos, Mª Victoria Maiz Gabino, Rodrigo
Azañón Hernández, María Luisa Rodríguez Camero, Ana
Torres López, Sixto Cámara Anguita, José Saenz Gómez,
Ángeles Rios Ángeles, José Antonio Morales García y
Susana de Castro García.
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