Este debate no es nuevo. Nos
referimos al circo al que se suman y
en el que se mueven, en la última
época, las distintas Asociaciones
y/o Sociedades Científicas médicas a
través de sus particulares
reivindicaciones en ese intento de
reparto del "pastel de las
Urgencias", como si de cualquier
oscuro negocio estuviéramos tratando
en la pretensión de copar la
dirección y control de unos
servicios, que lejos de cualquier
otro planteamiento, deben buscar la
calidad como garante de la oferta a
una demanda cada vez mayor y con
mayores expectativas.
Nadie se pone de acuerdo, o no
quiere ponerse, a la hora de
entender que la especialización es
esa garantía de Calidad que bajo
connotaciones políticas siempre se
ha vendido a los cuatro vientos.
No nos cuentan lo mismo ni tan
siquiera quienes defienden la
especialidad, ni los políticos en
las distintas Consejerías
autonómicas, ni detractores o
benefactores y a la hora de definir
“troncalidades o áreas de
capacitación”.
Es impensable desde las Sociedades
Científicas enfermeras una lucha
burda y ruin como la que
protagonizan los galenos. Y es que
ellos, señores, han aglutinado el
poder de la tradición y de esa
supuesta e histórica posición de
privilegio que (como categoría
profesional de “mayor jerarquía”)
han ido auto otorgándose ante un
panorama, hasta hace poco, vacío de
legislación y Norma que concediese a
la Enfermería autonomía,
independencia y facultad para
reivindicar a la vez y sin ir de la
mano de "nuestros benefactores" los
médicos.
Nuestro máximo Consejo, una vez más,
perdió o ha perdido en primera
instancia la oportunidad histórica
de haber conseguido un trato para la
Enfermería de Críticos, Urgencias y
Emergencias acorde a las exigencias,
tanto de los usuarios como de los
profesionales, por no hablar de la
evidencia a la que empujan
centenares de argumentaciones estos
últimos años aportadas y que hubiera
posibilitado el conseguir el
reconocimiento para la Enfermería de
Urgencias. Una aspiración por la que
otros se siguen hoy peleando.
Por algo será, y en este sentido,
nuestro máximo Consejo ha reconocido
el pastel en otros frentes que no
simplemente el de la Calidad, el
respeto a las expectativas de los
usuarios y de sus colegiados.
Veremos en qué acaba este culebrón y
si una vez más, a pesar de haber
tenido la posibilidad de ser
protagonistas de nuestra propia
película, no terminamos a rebujo de
unas decisiones una vez más gestadas
por los médicos sin haber obtenido
por nuestros representantes ni el
más mínimo respeto a nuestras
aspiraciones como colectivo, que al
menos, no presentaba fisuras, ya que
nunca hemos vislumbrando de forma
tan mezquina la impronta de un
negocio y de una parcela de poder
llamada ahora “servicios de
urgencias” y como parecen querer
repartirse y como nuestros máximos
representantes si parece que
adivinaron apetecible desde un
principio y en el sentido muchas
veces relatado y a la hora de
abortar nuestras ilusiones y respeto
a los pacientes; esos mismos con los
que se nos llena la boca al querer
dar credibilidad a cualquier
perogrullada que se invente y en la
que se reconozca negocio. Así de
triste y así de real.
Nuestro Congreso del día 9 y 10 de
Marzo en Zaragoza, nos va a otorgar
nuevos argumentos para seguir
expectantes a este Circo, señores:
El mayor espectáculo del Mundo.
SEEUE
|