SEGUIMIENTO REALIZADO SOBRE EL USO DE MÉTODOS DE
BIOSEGURIDAD EN LAS CONEXIONES PARA FLUIDOTERAPIA |
Emiliano
Esteban Redondo, José Mª Guillén Torres, Eva Oria
López, José Bobadilla García, Antonio Peña Buitrago,
Marta Pérez Maroto |
Equipo
de Prevención de Riesgos Laborales. Hospital Santa
María del Rosell. Cartagena. Murcia |
Desde hace años, se esta realizando un seguimiento exhaustivo en
todos los centros sobre el accidente mas frecuente y con mayor
repercusión potencial sobre el personal sanitario, el Accidente
de Riesgo Biológico (desde ahora ARB).
Desde los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales,
existe una preocupación máxima por este tipo de
accidente, que se manifiesta en el control de
accidentes, tanto con la investigación del estado
serológico del paciente fuente del accidente y el
seguimiento serológico al trabajador accidentado, como
con la investigación de las causas de los accidentes,
con el fin de poner los medios para evitar la
reproducción de estos.
Esta preocupación de los Servicios de Prevención de
Riesgos Laborales junto con la de la industria
relacionada con este problema, ha permitido desarrollar
una serie de mecanismos denominados de Bioseguridad,
encaminados a conseguir eliminar aquellos materiales y
pautas que son fuente de producción de estos accidentes.
Estos mecanismos incluyen sistema de canalización de
vías periféricas con mecanismos de seguridad para evitar
contagios por exposición a fluidos hemáticos, tapones
heparinizados uni o bidireccionales y llaves de tres
vías que hacen que no se tengan que manipular agujas
para la administración de fármacos, etc.
Nuestro estudio esta centrado en el uso de los tapones y
llaves de tres vías utilizados para realizar las
conexiones seguras en los sistemas de fluidoterapia,
pretendíamos comprobar el grado de utilización de estos
métodos de bioseguridad, una vez que nos habíamos
asegurado de la existencia de los mismos en los
distintos servicios evaluados y de que el personal
estaba informado sobre la técnica de utilización por los
responsables de cada unidad.
Además de comprobar hasta que punto los profesionales de
Enfermería de nuestro centro utilizan los medios de
bioseguridad que la Dirección de Enfermería pone a su
disposición, era nuestra intención reflejar si existían
diferencias en los métodos de trabajo de las distintas
áreas de hospitalización.
El estudio esta planteado en dos fases separadas en el tiempo
por 3 meses. En ambas fases se realiza un estudio prospectivo.
La forma de recoger los datos fue revisando el estado de las
vías de fluidoterapia, de todos los pacientes ingresados en el
centro en una misma mañana, en relación a los métodos de
bioseguridad utilizados para la conexión entre el catéter de
venopunción y el sistema de fluidoterapia. Las variables
estudiadas corresponden al género, a la zona de hospitalización
en la que se encontraba el paciente y al tipo de especialidad a
la que pertenecían, distinguiendo entre médicas o quirúrgicas.
La recogida de los datos fue realizada en tablas
diseñadas a tal efecto, mediante la inspección directa.
Previamente se informaba a los supervisores de las
distintas unidades del objeto de la revisión, una vez en
las habitaciones se explicaba al paciente el motivo de
la visita y se solicitaba su colaboración. Es de reseñar
que en ninguna ocasión hubo ninguna oposición ni por
parte del personal ni de los pacientes objetos del
estudio.
Con los datos recogidos mediante la revisión de los
medios de bioseguridad utilizados, se realizo mediante
el programa SPSS 13.0 un análisis estadístico de la
frecuencia y los porcentajes y una valoración
cualitativa de Chi cuadrado y del estadístico de Fisher.
En ambas fases se procedió de la misma manera y
posteriormente se realizo una comparativa entre ambas
revisiones.
En la primera fase del estudio el numero de camas estudiadas fue
de 318 y en la segunda 382 camas, siendo el porcentaje de
ocupación en el primer corte del 68.9% respecto a la ocupación
encontrada en el segundo corte, que fue del 89.3%, resultando
significativa la diferencia de ocupación de las camas (p<0.001).
Se observo que en el estudio inicial el 80.8 de los
pacientes eran portadores de vía de infusión en sus
distintas modalidades y en el segundo estudio, tan solo
el 72.7% de los pacientes portaban una canalización de
vía periférica, siendo la diferencia significativa con
p< 0.028.
Valorando el método de bioseguridad empleado para las
conexiones de las vías de infusión, se encontró en una
primera fase del estudio, que en el 19.8% de los
pacientes, la conexión se realizaba sin ningún método de
bioseguridad , frente a un 5.9% de utilización de
conexiones de bioseguridad utilizados en la continuación
del estudio realizado.
Respecto el método de bioseguridad utilizado en ambas
fases, se observo que el uso de las llaves de tres vías
paso del 38.9% al 16.7%, y el de los tapones vario del
41.3% al 77.4%, siendo significativa la diferencia entre
fases con p< 0.001.
Sumando ambos medios de bioseguridad, se puede observar
que en el primer control realizado, no se utilizaba
ninguno de los dos métodos en el 19.8% de las vías
analizadas, frente al una ausencia de dispositivo en el
5.9% de las vías en la segunda fase del estudio, con
p<0.001.
Siguiendo los mismos criterios en ambas fases del
estudio, se realizo una valoración de la asignación de
los pacientes portadores de vías de perfusión
dependiendo de su asignación a servicios medico o
quirúrgicos.
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Aplicando la Chi cuadrado de Pearson y el
estadístico de Fisher, hemos comprobado que en
ninguna de las dos series de nuestro estudio
existen diferencias significativas entre el
paciente tratado en una especialidad médica y el
tratado en una especialidad quirúrgica.
Realizando la valoración por género tampoco
encontramos diferencias significativas.
Al realizar la separación de los pacientes por
áreas de Enfermería, se encontraron diferencias
claras entre ellas en los criterios utilizados
para realizar la conexión con métodos bioseguros
en la primera fase del estudio (p 0.013). La
unidad 3ªA presento un uso de los mecanismos
objeto del estudio superior a la unidad 2ªC
(p=0.046) y que la unidad 2ªB (p=0.021). La
unidad 4ªB era significativamente mejor que la
unidad 2ªB (p=0.049). |
Es de destacar el 50% de no utilización de
métodos de conexión seguros en el área de
urgencias en la primera etapa, frente al 15.4%
de la segunda fase (p 0.019).
Respecto a la segunda fase del estudio, no se
han apreciado diferencias significativas entre
áreas de Enfermería en el uso de mecanismos de
conexión bioseguros.
En la Unidad de Enfermería 2C el paso del no uso
de mecanismos de bioseguridad a la utilización
ha sido del 33.3% al 0% (p 0.007), y en la
unidad 2ª el cambio ha sido del 25.6% al 0%
(p0.004). |
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Cabe también destacar que la Unidad de Enfermería 5ªB,
es la que peores resultados presenta en la segunda fase
del estudio, pasando de un 25.7% de vías sin material de
bioseguridad a un 22.2%, que aunque es un aumento en el
uso , no es significativo.
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Mediante la realización de una intervención mínima
en la Dirección de Enfermería, se consigue aumentar
el uso de los sistemas de bioseguridad, con el fin
de desterrar la realización de maniobras inseguras.
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Es
posible que la época en la que se desarrolla el
estudio pueda influir en la utilización de estos
métodos, ya que el primer corte se realiza en época
estival, con una gran cantidad de personal
sustituto.
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Se
observa que zonas con una utilización pobre de estos
mecanismos han mejorado de forma importante, excepto
en la unidad 5ªB.
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Confirmamos, que la decisión en la utilización o no
de métodos de bioseguridad no es un problema de la
especialidad medica a la que este asignado el
paciente, sino de los métodos de trabajo del
personal de Enfermería de cada planta.
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Los
sistemas de información y formación del personal
deben ser mejorados desde todos los ámbitos, tanto
desde la dirección como desde los Servicios de
Prevención de Riesgos Laborales, jugando un papel
importante las sociedades científicas y la industria
fabricante de estos nuevos mecanismos.
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La
formación de los alumnos en las escuelas en el uso
de estas técnicas, probablemente sea un buen método
de preparación para la incorporación a la vida
laboral.
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Fernández, M. Magdalena(2003). Repercusión económica
del mantenimiento permeable de catéteres venosos
periféricos en un servicio de urgencias. Enfermería
clínica 2003; 13(2):87-93.
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Adela
Marco Mercadal, M.ª Jesús Barrado Narvión, Delia
González de la Cuesta, Carmen Noya Castro, Cristina
Vaquero Sebastián, Carmen Flecha Merino.
Mantenimiento de vías centrales en UCI. Revista
“Rol” de Enfermería . Año 2002.
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Exposición a agentes biológicos. Protocolos de
vigilancia sanitaria específica. Ministerio de
Sanidad y Consumo. Comisión de Salud Pública.
Consejo Interterritorial del SNS. Oliva Cantero,
Juan P., de Tobar
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Marín
Vivó, Gemma, Mateo Marín, Emilia (1997). Catéteres
venosos de acceso periférico. ROL de Enfermería nº
229, septiembre 1997.
-
Carretero Caballero, Mª Carmen (2002). Accesos
vasculares. Implantación y cuidados enfermeros.
Difusión Avances de Enfermería (DAE S. L.). ISBN
84-95-626-28-4.
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