AUTORES
García Velázquez, Mª del Castillo*
Pérez Galán, Ricardo José**
Poley Guerra, Alfredo Jesús***
*Enfermera. Máster en Gerontología Social aplicada. Máster en Urgencias, Emergencias y Catástrofes. Enfermera de empresa. Monitora de cursos FPO “Auxiliar de Enfermería en Geriatría” y “Auxiliar de ayuda a domicilio”. Enfermera Dispositivos de Cuidados Críticos y Urgencias. Distrito Sur, Lebrija, Sevilla.
**Enfermero del Centro de Salud de Atención Primaria de “Otero” en Ceuta.
***Enfermero. Monitor de cursos FPO “Auxiliar de Enfermería en Geriatría” y “Auxiliar de ayuda a domicilio”. Enfermero Dispositivos de Cuidados Críticos y Urgencias. Distrito Sur, Lebrija, Sevilla
Dirección para correspondencia: casti600@hotmail.com
RESUMEN
Este trabajo es un estudio descriptivo y retrospectivo de la asistencia de los mayores de 65 años al servicio de urgencias de Atención Primaria de una población rural sevillana de 26.000 habitantes y un análisis comparativo de los datos obtenidos con los suministrados por la literatura.
Con este estudio se pretende iniciar una aproximación al conocimiento de la magnitud de la morbilidad geriátrica y utilización de servicios en el ámbito de las urgencias prehospitalarias, con el fin de racionalizar la respuesta al incremento de la demanda asistencias de dicha población.
PALABRAS CLAVE
Anciano, urgencia, emergencia, asistencia sanitaria.
TITLE
IDENTIFICATION OF THE REASONS FOR ELDERLY PEOPLE TO ATTEND THE EMERGENCY DEPARTMENT
ABSTRACT
This work is a retrospective descriptive study about the attendance of over 65 year old people to the emergency department of a primary care center in a rural population of 26,000 inhabitants in Seville and a comparative analysis of the data obtained with those provided by the literature.
This study is intended to get close to understand the magnitude of geriatric morbidity and utilization of services in the field of pre-hospital emergency, in order to streamline the response to an increasing demand of care from this population.
KEY WORDS
Elderly, emergency, emergency health care.
INTRODUCCIÓN
La disminución de la natalidad en las últimas décadas está condicionando que la esperanza de vida adquiera una amplitud y aceleración sin precedentes. Entorno al envejecimiento se plantean múltiples aspectos que van desde la sanidad a la economía, al ocio, trabajo, hogar, familia, etc.
El envejecimiento progresivo de la población, debido al aumento de la esperanza de vida, ha originado un aumento en la demanda sanitaria de los servicios de urgencias hospitalaria y prehospitalaria. Sin embargo, si el interés por las características de las urgencias geriátricas hospitalarias ha ido en aumento, se percibe una falta de estudio sobre las urgencias en el área prehospitalaria atribuible en parte a la dificultad de recogida de datos epidemiológicos.
El anciano, constituye de acuerdo con los datos de la literatura, el principal usuario de los servicios de urgencias hospitalarios. Se estima que alcanza cifras medias del 25% del total de las urgencias asistidas. A ello se suma la mayor existencia de patología a esta edad, el hecho de haber aumentado la expectativa de vida del anciano, lo que propicia que el anciano acuda con mayor frecuencia a solicitar asistencia urgente. Dentro de los ancianos, las mujeres tienen unos valores superiores en este tipo de asistencia que los hombres, y dentro de las patologías por las que se consulta destacan las patologías pulmonar o cardiaca, es decir, aquella del bloque médico-quirúrgico y de la traumatológica.
En la asistencia prehospitalaria, alcanza unos valores similares, de un 22%. Hay que destacar el empleo superior de fármacos y de ambulancias como medios de transporte al hospital.
Es importante en orden a disminuir el número de urgencias, el papel a desarrollar por la asistencia primaria en cuanto a valoración de factores de riesgo y necesidad de proporcionar un adecuado soporte de atención domiciliaria.
Los estudios publicados indican que predisponen a una mayor demanda de asistencia urgente, los ingresos económicos reducidos, el bajo nivel educacional y la soledad. En esta línea cada vez se pone más de manifiesto el buen resultado del funcionamiento en urgencias de las unidades de consulta geriátrica, dirigidas por médicos y enfermeras con la formación apropiada.
El estrés que siente el paciente mayor ante una enfermedad se potencia cuando requiere utilizar los recursos del sistema de salud o requiere ser hospitalizado, ya que su dependencia aumenta al asociarse a la hospitalización un alto grado de incertidumbre.
Conviene comenzar definiendo lo que se entiende por asistencia geriátrica. Sería de acuerdo con el libro Blanco sobre el Médico y la tercera edad un “Conjunto de niveles de atención que desde una óptica sanitaria y social, debe garantizar la calidad de vida de los ancianos habitantes de un área sectorizada, proporcionando respuestas adecuadas a las diferentes situaciones de enfermedad o de dificultad social que aquellos presenten”. ”Su objetivo prioritario es conseguir que el anciano permanezca o se reintegre, en su domicilio habitual en suficientes condiciones de bienestar y seguridad.
Una asistencia geriátrica bien concebida presupone la adopción de medidas políticas globales que contemplan aspectos amplios y dispersos. Aspectos que incluyen puntos de vistas tan variados como un nivel adecuado de pensiones, unos servicios sociales lo más completo posibles y pensados teniendo en cuenta la realidad del colectivo anciano al que va dirigido o unas medidas políticas que contribuyan a prevenir enfermedades, faciliten la asistencia integral al anciano cuando éstas se presenten y tengan en cuenta las patologías crónicas e incapacitantes a efectos de servicios específicos de recuperación, residencias asistidas, etc.
La organización general de la asistencia geriátrica ha de ser integral, con objetivos preventivos, asistenciales, rehabilitadotes y sociales. En cada sector cabe considerar, a efectos expositivos, una atención ambulatoria o extrahospitalaria, una atención hospitalaria y una atención en las residencias asistidas. Todos estos niveles asistenciales han de mantener una coordinación permanente entre sí, especialmente entre aquellos ubicados en un mismo sector. En todo caso ha de tenerse en cuenta que el objetivo básico de la geriatría es el mantenimiento del anciano en su propio domicilio en buenas condiciones de salud tanto físicas como funcionales, psíquicas y sociales.
Debe tenerse una concepción “centrífuga”: todo lo que pueda atenderse fuera del hospital no tiene porqué serlo dentro. Con ello se reducen los ingresos y se fuerza la relación con los centros de Atención Primaria, los hospitales de apoyo y los servicios sociales de la propia área asistencial. La atención extrahospitalaria es siempre más barata y, sobre todo, desde el punto de vista conceptual y humano el anciano no ha de organizar su vida en torno al hospital, sino buscar su inserción en áreas sociales que le sean más próximas y con menor carga negativa que la que supone un hospital.
Una de estas unidades puede ser el Hospital de Día Geriátrico que puede estar ubicado en el centro de Atención Primaria o incluso en hospitales de media o larga estancia. En todo caso, se trata de un centro de funcionamiento diurno, sin camas de hospitalización, dinámico en sus prestaciones y destinado a completar la recuperación psíquica, física y social del paciente anciano. Sirve como punto intermedio entre la asistencia hospitalaria y la domiciliaria. Los tipos de anciano que se reciben más comúnmente son:
Como se citaba con anterioridad, el objetivo fundamental de la asistencia geriátrica es mantener al anciano en su domicilio en las mejores condiciones de bienestar. En este sentido el domicilio tiene que ser el destino lógico posthospitalario. El problema reside muchas veces en la imposibilidad que existe por razones médicas o sociales (demencias, enfermedad crónica invalidante, ausencia de familia o personal cuidador en su domicilio, falta de condiciones de vivienda…) para volver al propio hogar. Una alternativa para ello son las residencias de mayores debidamente equipadas y con profesionales perfectamente cualificados en la atención al anciano, sea cual fuere el problema que presente al ingreso.
Es importante señalar que no existen enfermedades propias de las personas mayores, pese a que a algunas se les ponga el apelativo de seniles, como sucede con la demencia o la osteoporosis. Estas enfermedades pueden aparecer a otras edades, pero son mucho más frecuentes en este grupo de edad.
El deterioro de órganos y sistemas que se produce con el envejecimiento se acompaña de pérdidas en el ámbito social (jubilación, aislamiento…) económicas y familiares (fallecimientos, enfermedad de allegados…) todo ello genera miedo, inseguridad y dificultades en el acceso a los recursos sanitarios y sociales.
La peculiaridad de las enfermedades geriátricas radica en el deterioro que acarrea sobre el aspecto funcional, mental, emocional y social de la persona mayor:
Funcional: puede aparecer una dificultad para las actividades básicas de la vida diaria (deambulación, aseo, alimentación, transferencia, vestido y continencia), así como para las llamadas actividades instrumentales (tareas domésticas, uso de transporte, manejo del dinero y control de la propia medicación). Estas actividades son fundamentales para garantizar la autonomía del anciano. La situación de incapacidad varía dependiendo del grado en que las personas se vean afectadas.
Mental y emocional: las enfermedades pueden afectar al nivel cognitivo, limitando la memoria y la capacidad de juicio y abstracción y al afectivo, predisponiendo a la depresión, ansiedad, etcétera.
Las personas ancianas presentan patologías con una frecuencia muy elevada (en algunas estadísticas hasta del 80%). Además, a menudo coexisten varias enfermedades (pluripatología).
Existen características más específicas de las enfermedades en los ancianos que son:
En los síntomas:
Síntomas tenues y atípicos:
En el diagnóstico:
En el tratamiento:
- Promover el máximo de movilidad y autonomía en cuanto la situación física lo permita. El enfermo se sentará en seguida y se ha de motivar para que realice las actividades de autocuidados.
-
Rehabilitación de las capacidades perdidas a consecuencia de la enfermedad. Son de vital importancia la fisioterapia y la terapia ocupacional centrada en las actividades de la vida diaria.
-
Evitar que el paciente quede aislado y sin estímulos para prevenir estados depresivos y síndrome confusional. Es necesario tratar a los enfermos de forma afectuosa y con respeto, facilitar las visitas de familiares y amigos, así como la organización de actividades recreativas y lúdicas.
-
Adaptar el entorno del anciano a su incapacidad para que pueda volver al lugar donde antes vivía. Esto puede implicar algunas modificaciones en el hogar, como los pasamanos, asideros y adaptadores en el baño, sillones adecuados, adaptadores para las comidas, etc.
- La edad no tiene que condicionar el acceso a los distintos tratamientos: cirugía, medicación, etc. Las decisiones en este sentido están basadas en la valoración geriátrica completa y, por supuesto, en la opinión del paciente y de su familia, que ha de estar adecuadamente informados.
En el pronóstico y las complicaciones:
En la medicina actual, dos grandes ramas del conocimiento han tomado especial interés en los últimos años, por un lado la medicina de la emergencia y por otro la medicina geriátrica. Para el primero, la medicina de emergencia ha evolucionado como una especialidad médica con características particulares propias del lugar donde se desarrolla, el departamento de emergencias. Tiene un lenguaje propio, actitudes distintivas de la especialidad: disposición, estabilización, categorización del riesgo o triage. Su desarrollo es paralelo a las demandas y cambios que operan en nuestra sociedad. Las transformaciones que va sufriendo han alcanzado tal nivel de especialización que la atención realizada ofrece significativas ventajas para el paciente enfermo que consulta en situaciones de emergencia o urgencia.
Lo evidente es la absoluta necesidad del especialista en desarrollar herramientas adecuadas que le permitan elegir los procedimientos y estudios complementarios más adecuados para la realización de rápidos diagnósticos y que mejoren las opciones terapéuticas actuales. Aquellos que la practican se ven obligados a realizar un permanente desarrollo de nuevos protocolos médicos, ampliar el conocimiento médico que incremente la efectividad diagnóstica y terapéutica.
Su ubicación estratégica en la atención del paciente, entre Atención Primaria y hospitalización hacen de ésta una especialidad en constante desarrollo, líder natural del grupo de salud interviniente, producto de las destrezas y conocimientos adquiridos como generalista especializado en la emergencia.
Para el segundo, es importante recordar que el fenómeno del envejecimiento poblacional está ocurriendo en la mayoría de los países occidentales, producto básicamente de las mejora en las condiciones económicas, sociales y del avance de la tecnología médica. Este fenómeno implica que el número de ancianos y su proporción en la sociedad aumentan y por lo tanto, incrementa su participación en el uso de los recursos sociales y de salud.
Los ancianos, vistos desde el punto de vista de la medicina asistencial, tienen características propias. Suelen sufrir múltiples problemas crónicos de salud, la enfermedad compromete seriamente sus habilidades y funcionamiento autónomo y muchas veces la gravedad de esta discapacidad no depende tanto de la seriedad de la enfermedad sino de la multiplicidad de problemas menores, convirtiéndose entonces la discapacidad o pérdida de la función en un problema con entidad propia.
Esta nueva realidad médica, la medicina de emergencias y de ancianos se transformen en un problema significativo de la práctica cotidiana.
Se plantea la hipótesis de que “existen peculiaridades específicas en la presentación de las enfermedades en los ancianos así como la incidencia y motivo de consulta por la que acuden al servicio de urgencias.
Por todo lo anteriormente expuesto se plantea este estudio con los siguientes objetivos:
MATERIAL Y MÉTODO
Se trata de un análisis de datos descriptivo, longitudinal, retrospectivo y posterior evaluación de todas las urgencias de Atención Primaria que fueron atendidas en una población sevillana de 26.000 habitantes durante los meses de abril, mayo y junio de 2005.
La población de referencia es una localidad rural andaluza de 23.000 habitantes, localizada a 60 km de la capital (Sevilla), cuyo hospital de referencia se encuentra ubicado en la localidad de Dos Hermanas (Sevilla) a 50 km.
La población de estudio es el conjunto de pacientes de 65 años y mayores que acuden al servicio de urgencia o solicitaron asistencia domiciliaria y recibieron atención médica en el centro o en su domicilio.
Los usuarios pueden solicitar asistencia domiciliaria bien por el teléfono único 061 y ponerse en contacto con el centro coordinador o por el teléfono de urgencias del centro.
Cumplen los criterios de inclusión de este estudio las personas de 65 años o más que acuden o reciben asistencia médica tanto en el centro como en el domicilio, por parte de los médicos de Atención Primaria o los de EPES o SAMU (empresa privada concertada con la EPES).
El equipo de guardias de Atención Primaria dependiente del SAS cuenta con dos enfermeras, dos médicos, un celador y una ambulancia con conductor para los avisos domiciliarios y otra para los traslados al hospital. El celador es la persona que se encarga de recoger los datos estadísticos de las personas que acuden al centro.
Por otro lado, existe la posibilidad de realizar asistencia y transporte de pacientes críticos al hospital por parte de la EPES o SAMU (concertado con EPES) tras una primera asistencia del médico del centro.
Las variables identificadas son:
La técnica o herramienta de trabajo empleada será la recogida de datos estadísticos registrados en el centro de salud en ese período de tiempo y según los motivos de consultas por los que acude el paciente y el posterior análisis de este.
Evaluación de las dificultades generales o específicas
El cronograma de la investigación es el siguiente:
Se ha realizado una recogida de datos según los motivos por los que acuden a consulta los mayores de 65 años, para dicha recogida de datos se ha tenido en cuenta.
Enfermedades más frecuentes en geriatría (morbilidad en los ancianos)
Las que derivan de enfermedades crónicas:
Las más frecuentes:
Las más discapacitantes:
Patología psiquiátrica más frecuente
Patología con presentación más atípica
Complicaciones de Enfermedades Geriátricas
Mortalidad en los ancianos
Las tres edades de los ancianos, sus necesidades y enfermedades más comunes
Las necesidades de las personas de hasta 70 años y los cuidados que requieren son los mismos que los de las personas integradas en el grupo de prejubilados: llenar su tiempo libre, sentirse útiles, relacionarse, transmitir conocimientos y entretenerse, divertirse. Una vez cumplidos los 70-75 años de edad aparecen otras necesidades, como la de superar con buen ánimo la soledad, la de afrontar con realismo y cierta resignación la inevitable disminución de ingresos o la de solucionar las actividades cotidianas. Demandan profesionales de la salud e infraestructuras para la prevención gerontológica y precisan cuidadores, además de equipamientos domésticos que faciliten su autonomía y relaciones humanas.
La realidad, lamentablemente, es que las infraestructuras gerontólogicas existentes en España no pueden hoy ofrecer las prestaciones que este sector de la población necesita. La gran repercusión de estas carencias, sobre todo en las personas más longevas (más de 80 años de edad) parece empeñarse en poner de manifiesto la necesidad de aumentar los fondos públicos y privados destinados a la población mayor.
La geriatría establece tres edades, tres grupos de ancianos cuyas dolencias pueden ser diferentes. Los mayores de 65-75 años reciben el nombre de ancianos jóvenes. Se trata de recién jubilados, pero con capacidades motrices e intelectuales a pleno rendimiento. Entre los 75-85 años se les llama ancianos. Y los de más de 85 años adquieren el rango de muy ancianos. Las enfermedades propias de los ancianos y a las que se enfrentarán sus cuidadores, se dividen en cuatro grupos. Entre el 60% y el 80% de los mayores padecen problemas osteoarticulares, principalmente artrosis y artritis, mientras que las enfermedades cardiovasculares afectan al 50-70% y casi un 40% sufre trastornos del sistema nervioso-cerebral. Por último, están las dolencias del aparato urinario. No obstante, las relacionadas con el sistema nervioso-cerebral, la demencia y el alzhéimer, son las que más preocupan a expertos y familiares.
Estas clasificaciones de enfermedades y edades derivan en una gran variedad de situaciones a medida que aumenta la esperanza de vida. Se incrementan las enfermedades del sistema nervioso-central, como la demencia y el alzhéimer y las enfermedades cardiovasculares. Por ello, el objetivo es que los dos primeros grupos de edad mantengan durante el máximo tiempo posible su buen estado de salud.
Atención Primaria ha de caracterizarse por proporcionar:
Todos estos motivos se han analizado y clasificado de la siguiente forma:
-Pulmón.
-
Mama.
-
Cólon.
-
Próstata.
-
Otros.
Definir el universo: la población rural de la provincia de Sevilla mayor de 65 años es de 3.500 habitantes aproximadamente, esto supone un 12,5% de la población.
Calcular la muestra: serán los mayores de 65 años que acuden al servicio de urgencias en los meses de abril, mayo y junio de 2005.
RESULTADOS
A los 65 años la biología humana empieza a mostrar signos de fatiga y enfermedades crónicas. El número de personas mayores de 65 años que acuden al servicio de urgencias es el 34,64% (ver Gráfico 1).
El número de mayores aumenta considerablemente en nuestra población sin que ello suponga una mejora de la calidad asistencial y de la propia calidad de vida del anciano si no se estructuran los recursos necesarios para establecer unas relaciones más eficientes entre los diferentes niveles de asistencia sanitaria, sanitaria y especializada y específicamente sociosanitarias.
Actualmente casi seis millones de españoles tienen más de 65 años, lo que supone el 14% del total de la población, al igual que la población de referencia estudiada. Este grupo de edad es el que mayor cantidad de recursos sanitarios consume y según la opinión del médico de Atención Primaria uno de cada dos pacientes de su consulta tiene más de 65 años. En nuestro estudio una de cada tres asistencias son de mayores de 65 años y algunos estudios de asistencia hospitalaria señalan que uno de cada cuatro pacientes atendidos tenía más de 65 años.
Los mayores de 65 años de la población de Lebrija usaron tres veces más el servicio que los menores de 65 años.
Las características de las enfermedades en geriatría son:
Se identificó el motivo de consulta por la que acuden las personas mayores de 65 años, en los meses de abril, mayo y junio de 2005 al servicio de urgencias de la ZBS estudiada, población de 26.000 habitantes.
En estos meses, acude una media de 2.805 personas al mes acuden al servicio de urgencias, de las cuales un 34,64 % son mayores de 65 años.
Los motivos por orden de frecuencia por los cuales acuden estas personas a urgencias son (según los grupos diferenciados) (Gráfico 2):
Los motivos por orden de patología específica por las cuales acuden al centro de salud (con un total de mas de 100 asistencias registradas) son (Gráfico 3):
Las emergencias vitales atendidas (entendiendo emergencia vital aquella que requiere la asistencia inmediata para evitar riesgo vital del paciente) por orden de frecuencia han sido (Gráfico 4):
DISCUSIÓN
El diagnóstico es más difícil porque:
El tratamiento es más complicado ya que la medicación administrada puede interaccionar con alguno de los medicamentos que toma o descompensar una enfermedad crónica. De esta forma son más frecuentes las complicaciones, favorecidas además por la fácil pérdida de equilibrio en el que coexisten varias enfermedades crónicas.
La frecuente situación de enfermo terminal en que se encuentra el anciano hace que se presenten problemas éticos al tomar decisiones que a menudo tienen que ser discutidas con los familiares o responsables legales para hacer una justa utilización de los recursos sanitarios.
Es necesaria la recogida de datos sanitarios según la CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades) con el fin de estandarizar la recogida de datos, de lo que se derivaría una clasificación más fiel y exhaustiva.
Hay motivos de consulta muy inespecíficos, tales como “malestar” o “fiebre” que deberían ser mejor concretados.
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES O SUGERENCIAS PARA MEJORAR LA SITUACIÓN
BIBLIOGRAFÍA
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- Dossier B, Erbs G. Manual Clínico de Fundamentos de Enfermería. 5ª ed. Madrid: McGraw Hill-Interamericana; 1999.
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