Sociedad Española de Enfermería de Urgencias y Emergencias

 Número 58

Febrero 2008  

 

 

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de Enfermería

 

 

 

 

Editorial

 

DE LO HUMANO Y LO CORRECTO

    

     Convendrá conmigo, amigo lector, que, tal vez, no es el momento más apropiado para hablar de los cuidados aplicados en los últimos momentos de la vida de una persona en los servicios de urgencias o emergencias. El asunto ha tomado cierta relevancia, no ya sólo desde el punto de vista social, sino también político (ya se sabe las fechas en las que estamos) y judicial.

     Las disciplinas científicas, y enfermería lo es, no deben caer en el error de utilizar lenguajes difusos ante esta situación, sino que hemos de afrontarlo con rigurosidad y extremada prudencia. Virginia Henderson es una de las teóricas que cimentó las bases de la Enfermería como disciplina científica profesional. En su definición de la labor enfermera defiende la aplicación de cuidados en los últimos momentos de la vida, proporcionando unos cuidados encaminados hacia una muerte tranquila.

     La propia normalización de intervenciones de la práctica enfermera recoge este tipo de cuidados y los describe como intervenciones propias de la enfermera. ¿Quién sino? Nadie elige el momento ni el lugar para morir o para iniciar su camino hacia ese destino. En muchas ocasiones esta inflexión en el tiempo ocurre en un servicio de urgencias o emergencias.

     Los cuidados paliativos, estas palabras con las que ahora a los políticos se les “llena la boca”, no sólo se aplican en las unidades hospitalarias paliativas. Entre otros motivos, porque no existen recursos suficientes para ello, ni de personal ni de tiempo. Este tipo de cuidados paliativos pueden brindarse de manera programada en las unidades especializadas al respecto pero, cuando se produce una situación de urgencia o emergencia, a veces, simplemente no hay tiempo para ello o no hay recursos físicos ni materiales para realizar el ingreso en estas unidades que realizan una labor encomiable.

     La muerte en infinidad de ocasiones llega a los servicios de urgencias, o de emergencias, o en la atención primaria domiciliaria ... por ello, los profesionales que desempeñan su labor en estos entornos, están obligados a aplicar sus cuidados paliativos con total profesionalidad ante las situaciones más variopintas e imaginables; muchas de ellas, incluso, inimaginables.

     No es correcto volcar iras u odios sobre estos profesionales que cumplen escrupulosa y científicamente la misión de acondicionar unos cuidados orientados hacia una muerte tranquila en estos entornos. Ellos no son los culpables de que la muerte se esté desencadenando de ese modo, en estos lugares, en ese tiempo y no pueda esperar a que se acomode a otro entorno. Por ello, porque es lo correcto y lo humano ... cuidamos hasta el final y más allá combatiendo el sufrimiento y el dolor ante lo irremediable.

SEEUE          

    

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