Tiempos convulsos los que afectan a la
profesión enfermera en la actualidad, casi
de incertidumbre, en algunos rincones del
sistema nacional de salud. En Andalucía el
desmantelamiento conceptual de los DCCU
amenaza la supervivencia de un modelo
asistencial que, hasta la fecha, había sido
considerado por la administración como
referente. En otras comunidades se excluye
intencionadamente a enfermería de la
aplicación práctica de la Ley de Autonomía.
A nivel estatal, la Comisión Naciona l de
especialidades ha recibido el encargo por
parte del Ministerio del Sanidad y Consumo
de analizar el futuro y evolución de la
profesión enfermera; curiosa decisión ésta
en la que se encomienda tal responsabilidad
a un grupo integrado por personal médico,
entre otros, sin contar con la opinión del
Órgano Regulador Colegiado de la profesión
enfermera. A esto debemos sumar las nuevas
pruebas de selección que aparecen en las
convocatorias públicas de empleo de algunos
sistemas sanitarios públicos autonómicos, en
los que, en una misma jornada se realizará
hasta 3 pruebas escritas diferentes.
Y por supuesto, años después, todavía no
existe nada concreto sobre la aplicación de
los criterios de Bolonia y el grado
(licenciatura) enfermero, el desarrollo
pleno de las especialidades pendiente desde
los años 80, ...
... sin olvidar asuntos diarios pendientes,
tradicionalmente reivindicados por esta
profesión, para provocar una mejor atención
de los cuidados del usuario. Nos referimos a
la dotación de las ambulancias de las redes
de transporte urgente con personal
enfermero, la creación de la figura del
enfermero escolar, el acceso a una verdadera
carrera profesional, la prescripción
enfermera como práctica diaria desamparada
por la actual legislación ...
La enfermería ha conseguido grandes logros
profesionales a lo largo de su historia que
han repercutido directamente en una
potenciación de la calidad de la prestación
de cuidados al usuario. Tiempos complejos,
desde el punto de vista profesional, los que
se avecina n, en los que los activos del
cuidar, habrán de manifestar en tiempo y
forma sus reivindicaciones para la mejora de
la profesión, mostrando así su
disconformidad con muchos de los aspectos ya
comentados, involucionadores de la
disciplina enfermera.
Habrán de mostrar todos los agentes su
disidencia ante el Sistema, en lo que se
refiere a estos asuntos, pero ... eso sí,
habrá de ser una “disidencia ilustrada”.
Como no podría ser de otra manera, una
disciplina científica como la Enfermería, ha
de emplear argumentos sólidos, serios,
rigurosos, basados en la evidencia. Sólo de
este modo, a través de esta disidencia
ilustrada alcanzaremos el grado de
credibilidad científicoprofesional motor del
cambio y de la evolución .
He ahí el reto que habrán de asumir, no sólo
los agentes sindicales, sino el conjunto de
la Enfermería Española a través de sus
Órganos profesionales colegiados, Sociedades
Científicas y profesionales individulizados. SEEUE
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