ESTUDIO DE VARIABLES QUE INFLUYEN EN LA INDICACIÓN
DE VÍA SALINIZADA EN LA ZONA AMBULATORIA |
Marta
Ferrero Ferrero, Mª Luz Hernáez Ventades, Yolanda
López Puente, Silvia Trapaga Hermosilla, Ana Uriarte
Díáz, María Veiga Díaz |
Servicio
de Urgencias. Hospital de Galdakao. Bizkaia |
La canalización de vías venosas periféricas es uno de los
procedimientos invasivos que con más frecuencia se practican en
los Servicios de Urgencias.
Desde que hace años se hiciera habitual la práctica de
mantener los catéteres periféricos con solución salina,
hemos ido percibiendo un aumento significativo en el
número de vías salinizadas canalizadas en la zona
ambulatoria del Servicio de Urgencias, y que el número
de las no utilizadas, y por tanto innecesarias, era
elevado.
Decidimos entonces realizar un estudio observacional
descriptivo (Utilidad de la vía salinizada en el área
ambulatoria del Servicio de Urgencias del Hospital de
Galdakao, febrero 2004), con el objetivo de conocer la
utilidad terapéutica de las vías salinizadas canalizadas
a los pacientes que acudían al Servicio de Urgencias y
permanecían en la zona ambulatoria (sala de espera y no
encamados).
Los resultados del estudio revelaron que un elevado
porcentaje de las mismas no llegaron a utilizarse.
La indicación médica de canalizar una vía venosa
periférica debe tener un fin terapéutico, urgente o no,
en función de la sintomatología que presente el
paciente, o de la valoración inicial. Es habitual, en
los Servicios de Urgencias, la sobrecarga asistencial,
la imposibilidad de una valoración exhaustiva del
paciente de forma inmediata, y la adopción de medidas de
previsión ante posibles complicaciones o de que el
paciente vaya a ser ingresado en hospitalización y
precise tratamiento EV.
De ahí la tendencia a "aprovechar" la venopunción para
la extracción de sangre para dejar canalizada una vía
salinizada.
Pero debemos tener en cuenta que portar una vía
salinizada innecesaria, además de suponer una
incomodidad para el paciente, puede ser fuente de
complicaciones, aumentar el riesgo de morbilidad en el
personal de enfermería, y conlleva un aumento del coste
económico, un coste de "mala calidad". Es por ello que
estamos obligados a una mejor selección de las
indicaciones de dicha práctica.
Creemos que establecer unos criterios sobre la
indicación de la vía salinizada puede ayudarnos a
minimizar un uso inadecuado de las mismas. Por ello
hemos decidido realizar este trabajo, un estudio de las
variables que influyen en la indicación de vía
salinizada en la zona ambulatoria.
La
presentación en forma gráfica (póster) creemos supondrá
una herramienta útil, por la rápida visualización de la
información, a la hora de prescribir una vía salinizada.
El estudio se realizó en el Hospital de Galdakao, hospital de
referencia de la comarca sanitaria del interior de Bizkaia, que
da cobertura de asistencia especializada a cerca de 300.000
habitantes.
Para el área de estudio se eligió la zona ambulatoria
del Servicio de Urgencias. Esta zona abarca las
Urgencias de Medicina, Traumatología, ORL, Ginecología,
Urología, Vascular, Psiquiatría y Cirugía que, por su
gravedad, no precisan encamamiento. En esta zona
trabajan 3 enfermeras en los turnos de mañana y tarde y
2 en el turno de noche.
La población a estudio estuvo constituida por pacientes
de ambos sexos que acudieron al Servicio, durante el mes
de febrero de 2004, por diferentes patologías y que, una
vez valorados en el área de clasificación o triaje,
podían permanecer en esta zona.
La muestra estuvo conformada por 100 pacientes, a los
que se abordó con una vía salinizada, siempre por
prescripción médica.
Se diseño una hoja de recogida de datos en la que se
registraron los siguientes parámetros :
-
Sexo
: hombre o mujer.
-
Edad
: en años.
-
Motivo de consulta.
-
Valoración facultativa previa : señalándose si se
había valorado al paciente antes de la indicación de
la vía salinizada.
-
Categoría del facultativo : diferenciándose adjunto
o MIR.
-
Potencial riesgo quirúrgico : definido tras la
valoración médica.
-
Intolerancia oral y/o indicación de dieta absoluta.
-
Extracción de analítica : anotando si se realizó
durante el procedimiento de canalización de la vía
salinizada.
-
Tratamiento intravenoso administrado.
-
Destino del paciente una vez abandonada la zona
ambulatoria : alta a domicilio, boxes, área de
observación u hospitalización.
-
Dolor
: utilizando como sistema de medida la escala
analógica del dolor, una variante de la escala
analógica visual del dolor, que consiste en pedirle
al paciente que sitúe la intensidad de su sensación
dolorosa en una escala del 0 (ausencia de dolor) al
10 (dolor insoportable). Se establecen tres
subcategorías : leve (dolor de 1-3), moderado (dolor
de -6) e intenso (dolor de 7 o mayor).
Los datos recogidos fueron procesados mediante la base
de datos Microsoft Access.
El procesamiento estadístico se llevó a cabo mediante el
programa SPSS.
El estudio pone de manifiesto que un 37% de las vías venosas
canalizadas no fueron utilizadas :
-
El
23% no fueron utilizadas y además los pacientes no
presentaban intolerancia oral y/o indicación de
dieta absoluta, riesgo quirúrgico, dolor >7,
previsión de ingreso ni fiebre.
-
El 9%
no se utilizaron pero los pacientes quedaron
ingresados.
-
El 5%
no se utilizaron, los pacientes fueron dados de
alta, pero presentaban fiebre o referían dolor
durante su permanencia en el Servicio de Urgencias.
Respecto al tratamiento administrado, a un 35% de los
pacientes se les administró analgésicos EV, a un 7%
antiulcerosos, a un 6% analgésicos EV más
antiinflamatorios IM y a un 15% otra medicación EV
(corticoides, antieméticos...).
En el 89% de los casos se extrajo la analítica al
canalizar la vía salinizada. A un 8% se le extrajo la
analítica mediante venopunción con Vacutainer,
precisando más tarde una segunda venoclisis : el 7% para
administración de tratamiento EV y un 1% por ingreso
hospitalario. A un 3% de los pacientes se les canalizó
una vía venosa sin precisar extracción de analítica.
Un 85% de los pacientes había sido valorado por un
médico antes de la prescripción de la vía salinizada. Al
15% restante el facultativo prescribió la vía salinizada
basándose únicamente en los motivos de consulta
registrados.
El 54% de los pacientes fue valorado por un médico
adjunto y el 46% restante fue valorado por un MIR.
El 85% de los pacientes no presentaban ningún problema
de tolerancia oral. El 15% restante presentaba
intolerancia oral (nauseas, vómitos y/o disfagia) y/o
indicación de dieta absoluta, y/o existía un riesgo de
posible intervención quirúrgica. El 100% de estos
pacientes acabaron siendo portadores de una vía
salinizada :
-
Al
86,67% se les extrajo analítica y se canalizó el
acceso venoso en una sola venoclisis.
-
El
13,33% restante precisó una segunda venoclisis (tras
previa extracción de analítica con vacutainer) para
canalización de una vía salinizada para
administración de tratamiento intravenoso.
El 100% de los pacientes que acudían al Servicio de
Urgencias por fiebre fueron portadores de una vía
salinizada, que se utilizó en el 100% de los casos.
Un 73% de los pacientes que acudían por dolor :
-
El
15% refirió dolor leve (de 1 a 3 según escala
analógica del dolor). Al 60% se le administró
analgesia EV y al 40% restante no. En ningún caso se
precisó una segunda venoclisis para tratamiento EV.
-
El
38% refirió dolor moderado (de 4 a 6). Al 55,26% de
estos pacientes se les administró analgésicos EV y
al 44,74 restante no. Un 7,89% precisó una segunda
venoclisis para tratamiento EV.
-
El
20% refirió dolor severo (de 7 a 10). Al 100% de
estos pacientes se le administró analgesia EV. A un
15% de estos pacientes hubo que canalizarles una vía
venosa para tratamiento EV cuando ya se las había
practicado una venopunción con Vacutainer para la
extracción de analítica. A otro 15% se le canalizó
la vía únicamente para analgesia EV, sin precisar
extracción de analítica.
Los resultados de este estudio revelan que un 37% de las vías
salinizadas no llegaron a utilizarse y que un 23% además no
cumplían ninguno de estos criterios a la hora de la prescripción
: intolerancia oral y/o indicación de dieta absoluta, riesgo
quirúrgico, dolor >7 (referido por el paciente según escala
analógica del dolor), previsión de ingreso, tratamiento EV ni
fiebre.
En los estudios realizados por Velasco Díaz et. al,
Robles García et. al, Prieto Muñoz et. al y Henderson RA
et. al (3,5,6 y 7) se determina el número de vías
venosas no utilizadas para tratamiento EV (incluida
sueroterapia), definiendo estos accesos venosos como
innecesarios o inadecuados. El porcentaje de vías
inadecuadas es similar en todos ellos.
Otros estudios, como los de Morata Huerta et. al y Nieto
Galeano et. al (14 y 15), establecen como criterios de
adecuación de la vía venosa los siguientes :
Pero a la vista de los resultados del presente estudio
consideramos que una vía salinizada es adecuada cuando
se cumple al menos uno de los siguientes criterios :
Aplicando estos criterios a la hora de prescribir la vía
salinizada se hubiera evitado que el 23% de los sujetos
de este estudio fuera portador de una vía venosa
periférica innecesaria.
El estudio no refleja la proporción de las consecuencias
que conlleva una vía salinizada inadecuada :
-
Riesgos iatrogénicos.
-
Coste
económico.
-
Aumento de cargas de trabajo para el personal de
enfermería.
-
Prolongación del tiempo de estancia en el Servicio
de Urgencias.
-
Molestias, estrés (los pacientes identifican la
canalización de la vía venosa con gravedad y
probabilidad de ingreso) e incomodidad para el
paciente.
-
Tiempo de enfermería restado a otros pacientes.
Los datos obtenidos nos obligan a cambiar la sistemática de
trabajo, por lo que sería conveniente, teniendo en cuenta las
limitaciones metodológicas del presente estudio, elaborar una
guía clínica de indicación de vía salinizada en urgencias
teniendo en cuenta los criterios evaluados en el mismo.
Consideramos imprescindible además la difusión y utilización de
la misma. Sólo así se conseguía reducir el número de vías
venosas inadecuadas y aumentar la calidad de nuestros cuidados.
1.-
Huth E. J. Cómo escribir y publicar trabajos en
ciencias de la salud. Masson-Salvat. 1992.
2.- Hulley S.B., Cummings
S.R. Diseño de la investigación clínica.
3.- Velasco Díaz L,
Fernández González B, García Ríos S, Hernandez del Corro
E. Evaluación de las vías de acceso venoso innecesarias
en un Servicio de Urgencias. Med Clin 2000;
114(3):89-90.
4.- Manzanera Saura
J.T., Muñoz Gimeno L, Fernández Abellán P, Mengual Cos
M, Cruzado Quevedo J.A., Leiva Gutiérrez A. Estudio
inicial sobre la adecuación de vías venosas en el
Servicio de Urgencias Hospitalario. Enfermería Global
2002.
5.- Robles-García M,
Ceballos B, Rodríguez-Lera M.J., Piedra L, Sánchez-Ortiz
S, Botero K. Factoes asociados a la adecuación de la
utilización de vías venosas en el Servicio de Urgencias.
Calidad Asistencial 2004;19(2):83-87.
6.- Prieto Muñoz M.C.,
García Muñoz M.P., Márquez Malo M.C., Pertejo Rodríguez
T, Tabares Valentín M. Accesos venosos periféricos en un
Servicio de Urgencias, ¿Son siempre necesarios?. Ciber-Revista
2004 (19).
7.- Henderson r.A., Thomson
D.P., Bahrs B.A., Norman M.P. Unnecessary intravenous
access in the emergency setting. Prehosp Emerg Care.
1998;2:312-316.
8.- Carducci B, Stein K.
Intravenous maintenance with a saline lock intermittent
infusion decive in the prehospital environment.
Prehospital disaster Med 1994;9(1):67-70.
9.- Oliva Contero J.P.,
Tovar Fernández M.M., Cárdenas Rodríguez M, Valero
Linares C, Pérez Polainas E. Repercusión económica de
catéteres venosos periféricos en un Servicio de
Urgencias. Enferm Clínica 2003;13(2):87-93.
10.- Boyle M.F., Kuntz B.
Saline locks in prehospital care. Prehospital Disaster
Med 1994;9(3):190-192.
11.- Granados Gámez F,
Granados Gámez G, Gómez Rubio J, Caparrós Crtés G,
Pícher Vidal D, Gómez Gómez P. Concordancia entre los
valores analíticos de las muestras de sangre extraídas a
través de catéter periférico y las de punción directa.
Enferm Clínica 20003;13(1):1-6.
12.- Parenti C.M., Lederle
F.A., Impola C.L., Peterson L.R. Reduction of
unnecessary intravenous catheter use. Internal medicine
house staff participate in a successful quality
improvement project. Arch Intern Med 1994;
154(16):1829-32.
13.- Suñol L, Valls E,
Salvador I. Catéteres instaurados sin utilidad en un
Servicio de Urgencias. Med Clin 2001;116:158-159.
14.- Morata Huerta C, Lillo
Tejeda P. Utilización de vías venosas en urgencias.
Ciber-Revista 2003;14.
15.- Nieto Galeano J, Moreno
Cano S, Vicente Paños E, Fernández Bejarano J.A., García
Moreno A, Rodríguez Almodóvar a.I., Sáchez Fernández T,
Serrano Amores L, García Alcalde M.G. Canalización de
vías periféricas en urgencias. Indicador de calidad.
Ciber-Revista 20004;24.
16.- Peiró S. Demasiadas
vías muertas : dos de cada cinco vías de acceso vennoso
en urgencias hospitalarias son innecesarias. Gestión
Cínica y Sanitaria 2000;2(1):16
|