"ENEANIZACIÓN" DE LAS NUEVAS
RECOMENDACIONES EN SOPORTE VITAL |
A finales del pasado año, se publicaron, por
fin, las nuevas recomendaciones en soporte
vital del European Resuscitation Council
(ERC). Vaya, desde estas líneas, nuestro más
sincero agradecimiento a todas las
sociedades científicas que han participado
en la elaboración de las mismas,
especialmente al Grupo Español de RCP y
demás sociedades de ámbito nacional.
Como siempre, las modificaciones en las
guías de recomendación de actuación ante
situaciones críticas, han provocado el
debate entre los profesionales que, al fin y
al cabo, somos los que ponemos en prácticas
estas nuevas recomendaciones. El rigor
científico y la evidencia parecen estar aún
más presentes en estas últimas guías de
actuación.
Así mismo también ha sido publicado el
documento de consenso internacional en RCP
conocido como ILCOR, que trata de
homogeneizar sistemáticas de actuación entre
la AHA y el ERC, acercamiento de posturas
desde el punto de vista asistencial entre
“el viejo y el nuevo continente, Europa y
América”.
Pero centrémonos en el documento del ERC y
su relación con el título de este editorial,
“eneanización”. Permítannos, queridos
lectores, la licencia semántica. Tratemos de
aclarar el término.
Hace ya bastantes años que, la profesión
enfermera, comenzó a asumir, como
herramienta para registrar y reforzar su
trabajo con metodología científica, la
utilización de lenguajes estandarizados,
NANDA, NOC Y NIC. El empleo de estos
lenguajes estandarizados para facilitar el
registro y la aplicación estructurada del
trabajo enfermero bajo la óptica del método
científico (utilizando como herramienta el
proceso enfermero) se conoce como: el uso
del lenguaje de “las tres N”, o bien
“lenguaje NNN” (NANDA, NOC, NIC). Podríamos
decir, por tanto, que la consonante
“emblemática” que más se identifica con esta
metodología científica es la “N”. Al hablar
de la “eneanización” de las recomendaciones
en soporte vital avanzado del ERC, no
hacemos más que mostrar una visión
optimista, a nuestro entender, de cómo esta
metodología está empezando a hacerse sitio,
de manera natural, en estas recomendaciones.
Probablemente, la taxonomía NIC,
intervenciones de enfermería, sea la
nomenclatura más palpable y tangible. Por lo
que quizás, nos resulta más fácil de
identificar y de entreveer en las nuevas
recomendaciones del ERC. Desde hace ya años
podíamos identificar intervenciones de
enfermería NIC en las guías de actuación del
ERC tales como:
-
NIC 2300
Administración de medicación
-
NIC 3160
Aspiración de vías aéreas
-
NIC 4160 Control
de hemorragias
-
NIC 6200
Cuidados en las emergencias
-
NIC 3120
Intubación y estabilización de la vía aérea
-
NIC 3140 Manejo
de las vías aéreas
-
NIC 4190 Punción
intravenosa
-
NIC 3900
Regulación de la temperatura
-
NIC 6320
Resucitación
-
NIC 4200 Terapia
intravenosa
-
NIC 3300
Ventilación mecánica
-
...
Evidentemente, son intervenciones, en este
caso, desde el punto de vista de un modelo
conceptual de cuidados de enfermería, que
derivan de un problema de colaboración (la
PCR), y que por tanto, ha de abordarse en
colaboración con el profesional médico. Lo
cual, no es óbice, para que la enfermera
registre estas intervenciones que realiza,
bajo el lenguaje habilitado y consensuado
internacionalmente para ello, la NIC. Es
más, las guías y recomendaciones, deberían
recoger, a nuestro humilde parecer, estas
intervenciones que competen al enfermero con
la etiqueta y codificación de la NIC. Por
supuesto, entendemos la vaguedad y
ambigüedad empleada por el ERC al no
implicarse a la hora de determinar quién es
el profesional que debe llevar a cabo estas
intervenciones, ya que no todos los sistemas
de emergencias cuentan con personal
enfermero entre los miembros de los equipos
asistenciales, en algunos casos ni tan
siquiera con personal médico, sino que
cuentan con personal “paramédico”. No
obstante sí creemos que, los respectivos
Grupos Nacionales de RCP de los diferentes
países, acorde a su legislación y
competencias profesionales, sí que deberían
pronunciarse al respecto y contemplar estas
intervenciones con dicha nomenclatura. En
nuestro país, el responsable y personal
competente de los cuidados aplicados al
paciente es el enfermero.
Pero, sigamos avanzando y estudiemos las
referencias que aparecen en los nuevos
documentos del ERC, ... sorprendámonos. Y es
que, las nuevas recomendaciones hacen varias
alusiones a la intervención específica de
enfermería en el contexto de una situación
de emergencia (PCR). Paradójicamente, estas
alusiones específicas a la intervención de
enfermería no contemplan ninguna de las que
hemos enumerado anteriormente. Las
intervenciones que el ERC otorga de manera
específica, nombrando al personal de
enfermería, están orientadas a los cuidados
del paciente y familia. Esto encaja
perfectamente con las nuevas tendencias en
la aplicación de los modelos de cuidados de
enfermería, en los que la intervención de
enfermería no sólo se centra en la
aplicación de determinadas técnicas clínicas
al paciente, sino que es entendida con una
visión global, integradora y holística,
interviniendo sobre el paciente, familia y
entorno. Esto no quiere decir que se deseche
la parte técnica, ni mucho menos, pues es
fundamental, especialmente en situaciones
críticas. Esto quiere decir que, los
cuidados enfermeros, aparte de contemplar
una intervención terapéutica técnicoclínica,
también deben contemplar una intervención
holística (humana, educadora, de relación,
seguridad, suplencia, ayuda, ...) ante el
paciente, familia y entorno. Y esta
intervención enfermera, holística, ha de
llevarse a cabo sea cual sea el medio en el
que se desarrolle la labor profesional,
incluido también el ámbito de las urgencias,
emergencias y los cuidados críticos.
De este modo, las nuevas recomendaciones del
ERC, en su apartado sobre ética, sección 8,
“The ethics of resuscitation ...” (Peter J.F.
Basket, et al,) mencionan la intervención de
enfermería sobre estos aspectos en
diferentes situaciones:
Presencia de familiares (Family presence):
Resulta gratificante, contemplar que, en
unas Recomendaciones oficiales de actuación
en Soporte Vital Avanzado con carácter
Europeo y evidencia científica, se
recomiende el uso de Adrenalina a dosis
adecuadas y, también, se recomiende
facilitar la presencia de familiares durante
las maniobras de SVA en PCR. Han tenido que
pasar muchos años y discusiones hasta llegar
a nuestros días en los que la comunidad
internacional científica concluya que, esta
actitud, es beneficiosa y debe de ser
ofrecida a la familia.
En las mismas recomendaciones del ERC, se
sustenta esta intervención con numerosos
estudios sobre el asunto, que otorgan
evidencia científica al hecho. Ofrecer a la
familia la posibilidad de estar presente
durante las maniobras de SVA en situación de
PCR fue incorporado hace años por la AHA en
sus protocolos, y años después fue asumido
por el ERC en sus guías de recomendación y
actuación. En las actuales recomendaciones
del ERC, se hace mención específica a que,
habitualmente, será la enfermera la
encargada de ofrecer un soporte continuo e
información a los familiares, que estén
presentes, sobre las maniobras que se están
aplicando al familiar en situación de PCR,
todo ello en un leguaje que puedan entender
los familiares. En este sentido, la ENA (Emergency
Nurse Asociation), viene recomendando, con
estudios y evidencia científica que lo
soportan, la presencia de familiares no sólo
durante las maniobras de SVA en situación de
PCR, sino también la presencia de familiares
durante los procedimientos invasivos.
Unos párrafos más adelante en las
recomendaciones actuales del ERC, se
puntualiza que, si la situación de PCR se
produce fuera del hospital, probablemente
los familiares apliquen un soporte vital
básico, mientras que llegan los servicios
sanitarios. En este caso se les debe ofrecer
a los familiares la posibilidad de estar
presentes durante la asistencia, e incluso,
las recomendaciones del ERC proponen que, si
es posible, se permita al familiar la
posibilidad de ayudar y, textualmente,
“viajar en la ambulancia hacia el hospital”.
Continúa el texto recomendando que, si se
produjera la muerte en esta situación, se le
ofrecerá al familiar la ayuda de su médico
de familia y la de la enfermera comunitaria.
De nuevo una mención específica a la
enfermera.
A la luz de todas estas recomendaciones de
actuación, en las que se hace mención
específica a la intervención de la
enfermera, nos vienen a la cabeza un
paralelismo con gran cantidad de
intervenciones NIC,... todo esto que dice el
ERC podríamos traducirlo al lenguaje
enfermero NIC como:
-
NIC 7110
Implicación familiar
-
NIC 8100
Derivación
-
NIC 7140
Apoyo a la familia
-
NIC 7460
Protección de los derechos del paciente
-
...
¿Quién debería comunicar las malas noticias
al familiar? (Who should break the bad news
to the relative?): El ERC otorga gran
importancia al hecho de comunicar de manera
adecuada las malas noticias. Inicialmente
descarga esta responsabilidad sobre un
médico “senior” (con experiencia) o en su
defecto sobre el jefe del equipo. No
obstante recomienda que vaya acompañado de
un enfermero experimentado, haciendo por
tanto partícipe al mismo en la comunicación
de malas noticias. Además resalta que, el ir
acompañado por un enfermero contribuirá a
apoyar y reconfortar al paciente (y a la
familia entendemos nosotros), incluso
servirá de apoyo al propio médico. A
continuación relata una serie de
recomendaciones básicas en cuanto al
entorno, medios y palabras a emplear para
esta comunicación.
Análogamente al caso anterior podemos
correlacionar estos hechos con
intervenciones NIC:
-
NIC 5580
Información sensorial preparatoria
-
NIC 5270
Apoyo emocional
-
NIC 5230
Aumentar el afrontamiento
-
NIC 5470
Declarar la verdad al paciente
-
...
Conclusiones: Finalmente, en el último
apartado de esta sección 8, del documento de
Recomendaciones del ERC, se vuelve a
mencionar de manera específica al
profesional enfermero/a al concluir con la
afirmación de que la comunicación de las
malas noticias es una de las situaciones más
difíciles a las que se enfrenta el personal
médico y el personal enfermero, poniendo de
manifiesto que, para ello, se requiere
tiempo, entrenamiento, compasión y
entendimiento. Se nos está diciendo, a
través de una recomendación científica, a
los profesionales de enfermería, que no sólo
es necesario formarse en la atención
técnico-clínica para asistir una situación
de PCR, sino que también debemos formarnos
en otros aspectos más humanos.
Sea, por tanto, bienvenida esta
“eneanización” de las recomendaciones en
Soporte Vital del ERC. Confiamos en que
sigan por este camino, abandonando
ambigüedades con respecto a los cuidados de
enfermería en situaciones críticas y
recomendando el uso de los lenguajes
estandarizados. La SEEUE ofrecerá todo su
apoyo y asesoramiento.
Al fin y al cabo pertenecemos a una extraña
profesión que cuida a la persona hasta el
final. Es más, incluso sigue cuidándola
después del final (NIC 1770 Cuidados
postmortem)..
SEEUE
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