INTOXICACIÓN POR DROGAS DE DISEÑO. PLAN DE CUIDADOS.
UNIDAD DE URGENCIAS HOSPITALARIAS |
Mª
Aurora Rodríguez Borrego |
Hospital
Río Carrión. Unidad de Urgencias. Palencia |
Las dogas de diseño son un reto más de los que afronta, a día de
hoy, la enfermera en los Servicios de Urgencias de tercer nivel,
donde el tiempo siempre escaso juega en contra.
Con este plan de actuación que se presenta, se intenta
facilitar la labor profesional enfermera utilizando los
instrumentos actuales de normalización del lenguaje
enfermero.
Haciendo con ello visible que su uso también es posible
en las Unidades de Urgencias.
Simplemente se ha puesto por escrito lo “invisible”.
Hay un hecho presente y evidente en la sociedad de consumo
actual y se podría titular como: “El éxtasis del fin de semana”.
Ya en 1998 Corral y Sopelana decían “el consumo de las
drogas de diseño del grupo de los análogos de las
anfetaminas como la MDMA o “Éxtasis” presenta un
importante auge en España según se desprende las
encuestas y decomisos policiales”.
Nadal (2002) señala el progresivo aumento que han
experimentado las urgencias generadas por éxtasis
líquido basándose en el estudio que sobre intoxicación
por éxtasis líquido llevaron a cabo Miró y
colaboradores, publicado en la revista Clinical
Toxicology.
La afluencia de consumidores de las mencionadas drogas
de diseño a los servicios de urgencia de los Hospitales
está convirtiéndose en algo habitual, que no por
habitual deja de ser menos desconcertante por el cierto
desconocimiento que aún sobre ellas existe en cuanto a
su toxicidad, tanto a corto como a largo plazo. (Navarre
2003).
Corral y Sopelana (1998) presentan la clasificación de
la OMS para las principales drogas de abuso de síntesis
química ilegal.
−Análogos del fentanilo: heroína sintética.
−Análogos de la meperidina: MPPP, MPTP, PEPAP.
−Análogos de anfetaminas; TMA –2, PMA (“droga de la
muerte”), DOM, MDA (“Píldora del amor”), MDMA
(“éxtasis”, “XTC”, “Adán”), MDEA (“Eva”).
−Análogos de fenciclidina: DMT (“Viaje del
ejecutivo”).
−Aminorex y análogos.
De todas ellas la más popular en el Éxtasis (MDMA), que
suele presentarse en forma de pastillas con un logo, y
se las conoce con el nombre en Argot de Eva, Adán, Canal
Plus, Euro, Pinocho, ... etc. (Amigó 2002).
Corral (1998) exponía que numerosas publicaciones
indicaban ya entonces que el uso del MDMA estaba
alcanzando dimensiones epidémicas en España, presentando
los siguientes datos:
“La prevalencia no se conoce con exactitud; y se recogen
cifras a partir de encuestas en adolescente y jóvenes
sobre su consumo al menos una vez a lo largo de su vida:
el 31% de jóvenes ingleses entre 16-25 años en 1992; de
un 4,5 a 6% de ingleses de 14 años en 1993; o el 2% de
jóvenes de 13-15 años en USA en 1993. En España, en un
estudio de Plan Nacional Sobre Drogas (PNSD) de 1993, se
refleja que un 2,1% de la población de más de 15 años ha
consumido drogas sintéticas alguna vez en la vida;
frente a un 16,2% de consumidores de cannabis, 4,2% de
cocaína y 0,7% de heroína. Casi la mitad de las personas
han iniciado su consumo entre el año 1990 y 1993; esto
indica que es un proceso de introducción reciente y, por
lo tanto, parece que en expansión. En 1994, en
Valladolid, se obtiene una prevalencia, en estudiantes
universitarios de 1,6% de consumo de éxtasis u otras
drogas de diseño en alguna ocasión. En la Comunidad de
Madrid, en 1997, el 3,1% de la población entre 15 y 65
años refirió haberla consumido en alguna ocasión.
Navarra es la Comunidad Autónoma (CA) que presenta una
mayor prevalencia del consumo de MDMA, seguida de las
CCAA mediterráneas (Valencia, Murcia, Baleares y
Cataluña). Sólo la mitad de los que la han probado una
vez la han vuelto a consumir. Este dato, junto al de que
sólo un 5,5% de los que la usan actualmente dicen
consumirla casi todas las semanas, sugiere que la
mayoría de los consumidores son experimentales o de tipo
social y ocasional. De momento, sólo una reducida
proporción podría encajar en patrones de consumo más
intensos”.
Entre las características que la hacen tan famosa, se
encuentra: sensación de intimidad y cercanía con las
demás personas; incremento de la capacidad para
comunicarse, liberación de prejuicios, cercanía hacia
los otros, tolerante y acomodadizo. (Corral 1998).
Los mismos autores en diferentes tablas (II y III)
presentan los efectos físicos y agudos.
Tabla II
(Corral y Cols)
Efextos
psíquicos agudos (<24 h. tras ingesta de MDMA)
Frecuentes |
Menos frecuentes (<50% de los casos) |
-
Sensación de intimidad y
cercanía con los demás.
-
Incremento de la capacidad para
comunicarse.
-
Mayor tolerancia y acomodación
con los demás.
-
Euforia y locuacidad.
-
Despreocupación.
-
Confianza y seguridad en sí
mismo.
-
Expansión de la perspectiva
mental, mejora del
autoconocimiento (insight),
conocimiento de problemas o
patrones de conducta anormales*.
-
Incrcemento de la conciencia de
las emociones.
-
Aumento del deseo sexual#.
-
Descenso de las defensas y del
miedo a la comunicación de las
sensaciones, de la sensación de
alienación y expansión de las
fronteras personales.
-
Descenso de la agresividad.
-
Alteración en la percepción del
tiempo.
-
Disminución de realizar tareas
físicas o mentales.
-
Alteración de la memoria
anterógrata y retrógada (mayor
que con el alcohol).
-
Despersonalización.
-
Intensificación de la
consciencia sensorial.
-
Cambios en la percepción visual.
|
|
-
Descenso de la obsesividad, de
la inquietud, de la
impulsividad.
-
Consciencia de recuerdos
inconscientes.
-
Problemas en la realización de
cálculos matemáticos.
-
Dificultades en el lenguaje.
-
Juicio alterado.
-
Dificultades de atención y
concentración.
-
Ideas paranoides.
-
Aumento del estado de alerta.
-
Alucinaciones visuales.
-
Luminiscencia de los objetos.
|
|
* En el trabajo de Solowij se recoge que es una droga
con la que el sujeto siente que puede mantener bajo
control tanto los pensamientos como las acciones; esto
es lo que argumentan con frecuencia los consumidores de
por qué prefieren el éxtasis frente a otras drogas
“alteradoras de la mente”.
# Aunque algunos individuos utilizan la MDMA como un
intensificador de la sexualidad, lo que refieren es un
aumento en la cercanía emocional durante la relación
sexual. Sólo incrementa el deseo de iniciar el sexo, ya
que aumenta los aspectos sensuales del sexo, pero reduce
la fase de excitación produciendo, incluso, impotencia
en el varón.
Tabla III
(Corral y Cols)
Efectos
físicos agudos (<24h. tras la ingesta de MDMA)
Frecuentes |
Menos frecuentes (<50% de los casos) |
-
Trismus.
-
Taquicardia.
-
Bruxismo*.
-
Sequedad de boca.
-
Disminución del apetito.
-
Midriasis.
-
Ataxia.
-
Hiperrreflexia.
-
Deseo de micción.
|
|
-
Temblores.
-
Palpitaciones.
-
Sudoración y deshidratación.
-
Parestesias.
-
Insomnio.
-
Episodios repentinos de frío y
calor.
-
Mayor sensibilidad al frío.
-
Mareos o vértigo.
-
Visión borrosa.
-
Lumbalgias.
-
Nauseas y/o vómitos.
-
Anorexia.
|
|
* El bruxismo ha sido referido como el efecto adverso
más frecuente y más indeseable, que en ocasiones, ha
requerido asistencia médica. Raramente estos efectos son
causa de demanda de asistencia sanitaria y se
autolimitan en pocas horas tras la ingesta.
Tabla IV
(Corral y Cols)
Efectos
físicos a medio-largo plazo (24 h. tras la ingesta de
MDMA)
Frecuentes |
Menos frecuentes (<50% de los casos) |
|
|
Ante una intoxicación aguda y a su llegada a urgencias
la sintomatología puede ser muy variada y no siempre
presente lo que hace que el factor “sospecha” sea
fundamental y puedan ser, siguiendo a Amigó (2002), con
modificaciones:
o
inquietud, ansiedad, hiperventilación, agitación,
midriasis, cefaleas, mareos, inestabilidad,
agresividad, conducta psicótica, convulsiones,
insomnio e irritabilidad.
o
Temblores y contracturas e hipertonía muscular.
o
Nauseas y vómitos.
o
Taquicardia (> 150 pm), hipertensión arterial y
arritmias cardiacas, palpitaciones.
o
Hipertermia, sudoración, rash cutáneo, retención
urinaria, oliguria.
El objetivo, de este artículo, no pretendía ser un
estudio exhaustivo sobre las drogas de diseño,
habiéndolas como las hay de gran riqueza en datos y de
los que se nutre este trabajo; sino presentar un plan de
actuación claro para las enfermeras de urgencias, que
atienden a pacientes viviendo este particular estado de
“salud”.
Oscar Miró en Nadal (2002) expone que ante este tipo de
drogas no se cuenta con un antídoto y que por lo tanto
la actuación se dirige más a un tratamiento sintomático.
Ese tratamiento sintomático precisa, obviamente, de la
colaboración e intervención enfermera, pero que desde
luego no excluye su labor autónoma. Por lo tanto los
conceptos diagnósticos de los que se parte son dos: el
clásico biomédico y el enfermero NANDA 1999, porque ante
estas situaciones nos e excluyen sino que se
complementan.
En el documento que se ha elaborado hay un apartado, el
II, que se denomina protocolo de actuación rápido, en el
que se discrimina claramente la aplicación de cuidados
de enfermería y la administración de tratamiento según
prescripción.
La valoración enfermera del paciente se hace siguiendo
el modelo de Virginia Herderson a partir de la
adaptación llevada a cabo por Luís y colaboradores
(2000). Las áreas de dependencia estarían relacionadas
con la fuerza y los conocimientos.
En esta situación, intoxicación por drogas de
diseño, se pude llegar a confusión de “intereses”
conceptuales, pues las posibles complicaciones, que la
intoxicación por drogas de diseño, puede presentar,
exigen una vigilancia y entraríamos en el terreno de los
problemas de colaboración; pero así mismo hay una
intervención propia enfermera de “vigilancia” en cuanto
a posibles cambios de conducta, posibles respuestas de
la persona ante la situación.
Decir que los pacientes habituales consumidores de
drogas de diseño, no siempre son “llevados a urgencias”,
sino que acuden por su propio pie porque lo que han
experimentado, en esa vez, varía respecto a la norma y
es su temor a lo desconocido, a lo que pueda venir, lo
que les hace acudir a urgencias.
Ugalde (1998) habla de que el MDMA produce reiterados
ataques de pánico, discernir si el miedo que el paciente
expresa es el producido por la droga o por el
desconocimiento de lo que pueda suceder es complicado.
Este plan de cuidados se está llevando a cabo de modo
habitual en nuestro Servicio de Urgencias, aunque, a día
de hoy, no hay estudios de seguimiento de la efectividad
del mismo; se puede decir que esto último es algo
positivo en la medida de que es una puerta abierta a
seguir investigando.
INTOXICACIÓN POR DROGAS DE DISEÑO. PLAN DE CUIDADOS.
UNIDAD DE URGENCIAS HOSPITALARIAS |
Ingesta de fármacos sintéticos derivados de las
anfetaminas. Los efectos de los mismos están
condicionados a variables como la cantidad, calidad, la
vía de administración, las características individuales
del sujeto consumidor (peso, edad…), las características
ambientales del consumo.
PROTOCOLO RÁPIDO DE ACTUACIÓN |
-
Monitorización.
-
Constantes Vitales: P, TA, Tª, R, STO2, Diuresis.
-
Canalización vía venosa periférica.
-
EKG.
-
Aplicación Plan de Cuidados de Enfermería.
-
Administración Tratamiento según prescripción
médica.
PLAN DE
CUIDADOS DE ENFERMERÍA |
Diagnóstico enfermero. Nanda |
Intervenciones NIC |
Criterios de resultados. NOC |
1.- Riesgo
de asfixia en realación con falta de
precauciones de seguridad y/o
dificultades cognitivas o emocionales |
|
1.1.-
Control vías aéreas
1.1.1.-
Colocar al paciente en posición que
permita que el potencial de
ventilación sea el máximo posible.
1.1.2.-
Abrir la vía aérea mediante la
técnica de elevación de barbilla o
empuje de mandíbula si procede.
1.1.3.-
Identificar al paciente que requiera
de manera real o potencial la
intubación de vías aéreas.
1.1.4.-
Vigilar el estado respiratorio y de
oxigenación si procede.
1.2.-
Control y seguimiento respiratorio.
1.2.1.-
Vigilar la frecuencia, ritmo,
profundidad y esfuerzo de las
respiraciones.
1.2.2.-
Observar si aumenta la
intranquilidad, ansiedad o falta de
aire.
|
|
|
2.-
Confusión aguda en relación con el uso
de la droga. |
|
2.1.-
Vigilancia periódica de los signos
vitales.
2.1.1.-
Controlar periódicamente presión
sanguínea, pulso, temperatura y
estado respiratorio, oximetría.
2.1.2.-
Observar y registrar si hay signos y
síntomas de hipotermia e
hipertermia.
2.1.3.-
Observar periódicamente el color, la
temperatura y la humedad de la piel.
2.1.4.-
Identificar causas posibles de los
cambios en los signos vitales
2.2.-
Vigilancia seguridad.
2.2.1.-
Proporcionar el nivel adecuado de
supervisión/vigilancia para vigilar
al paciente y permitir las acciones
terapéuticas.
2.2.2.-
Comunicar la información acerca del
riesgo del paciente a los otros
miembros del personal de cuidados.
|
|
|
3.-Hipertermia en relación con
hiperactividad, deshidratación,
exposición ambiente caluroso. |
|
3.1.-
Tratamiento de la fiebre.
3.1.1.-
Administrar un baño tibio con una
esponja, si procede.
3.1.2.-
Aplicar bolsas de hielo cubiertas
con una toalla en las ingles y las
axilas.
3.1.3.-
Aumentar la circulación de aire
mediante un ventilador.
3.2.-
Control de líquidos.
3.2.1.-
Vigilar el estado de hidratación:
(mucosas húmedas, pulso adecuado y
presión sanguínea), según sea el
caso.
3.2.2.-
Monitorizar signos vitales si
procede.
3.3..-
Control del medio ambiente.
3.3.1.-
Disponer de medidas de seguridad
mediante barandillas laterales,
acolchamiento de barandillas si
procede.
3.3.2.-
Disminuir los estímulos ambientales,
si procede.
3.3.3.-
Ajustar una temperatura ambiental
adaptada a las necesidades del
paciente en caso de que sea preciso.
|
|
|
4.- Alto
riesgo de déficit de volumen de líquidos
en relación con diaforesis. Déficit
ingesta de líquidos. |
|
4.1.-
Control de líquidos y electrolitos.
4.1.1.-
Ajustar un nivel de perfusión
intravenoso adecuado.
4.1.2.-
Vigilar signos vitales.
4.2.-
Control de líquidos I.
4.2.1.-
Vigilar el estado de hidratación.
4.2.2.-
Monitorizar signos vitales si
procede.
4.3.-
Control de líquidos II.
4.3.1.-
Identificar posibles factores de
riesgo de desequilibrio de líquidos
: hipertermia, diaforesis.
4.3.2.-
Observar las mucosas, turgencia de
la piel y la sed.
4.3.3.-
Mantener el nivel de flujo
intravenoso prescrito.
|
|
-
Control de riesgo.
-
Equilibrio hídrico.
-
Termorregulación.
|
|
5.-
Alteración eliminación urinaria en
relación con el déficit en el aporte de
líquidos y/o ansiedad. |
|
5.1.-
Control de líquidos I.
Ver
intervención 4.2.
5.2.-
Control de líquidos II.
Ver
intervención 4.3.
5.3.-
Disminución de la ansiedad.
5.3.1.-
Ayudar al paciente a identificar las
situaciones que precipitan la
ansiedad.
5.3.2.-
Favorecer la intimidad.
|
|
|
6.- Ansiedad
en relación con crisis situacional,
amenaza del entorno, stress, ingesta de
la droga. |
|
6.1.-
Disminución de la ansiedad.
6.1.1.-
Utilizar un enfoque sereno que de
seguridad.
6.1.2.-
Explicar todos los procedimientos
incluyendo las posibles sensaciones
que se han de experimentar, durante
el procedimiento.
6.1.3.-
Establecer claramente las
expectativas del comportamiento del
paciente.
6.1.4.-
Permanecer con el paciente para
promover la seguridad y reducir el
miedo.
6.1.5.-
Escuchar con atención.
6.1.6.-
Crear un ambiente que facilite la
confianza.
6.1.7.-
Animar la manifestación de
sentimientos, percepciones y miedos.
6.1.8.-
Identificar los cambios en el nivel
de ansiedad.
6.1.9.-
Ayudar al paciente a identificar las
situaciones que precipitan la
ansiedad.
6.1.10.-
Controlar los estímulos si procede,
de las necesidades del paciente.
6.2.-
Presencia.
6.2.1.-
Mostrar una actitud de aceptación.
6.2.2.-
Comunicar oralmente simpatía o
comprensión por la experiencia que
está pasando el paciente.
6.2.3.-
Establecer una consideración de
confianza y positiva.
6.2.4.-
Escuchar las preocupaciones del
paciente.
6.2.5.-
Permanecer en silencio, si procede.
6.2.6.-
Estar físicamente disponible como
elemento de ayuda.
6.2.7.-
Permanecer con el paciente para
fomentar seguridad y disminuir
miedos.
6.2.8.-
Permanecer con el paciente y
transmitirle sentimientos de
seguridad y confianza durante los
periodos de ansiedad.
|
|
-
Control
de la agresión.
-
Control
de los impulsos.
-
Control
de la ansiedad.
|
|
7.- Riesgo
de violencia en relación con el uso de
la droga, crisis situacional, amenaza
del entorno, stress. |
|
7.1.-
Actuación ambiental : prevención de la
violencia.
7.1.1.-
Eliminar las armas potenciales del
ambiente.
7.1.2.-
Instruir a las visitas y demás
cuidadores acerca de las cuestiones
sobre seguridad para el paciente.
7.1.3.-
Colocar al paciente en una
habitación situada cerca del control
de enfermería.
7.2.-
Control de la conducta.
7.2.1.-
Hablar en voz baja y con tono suave.
7.2.2.-
Redirigir la atención del paciente,
alejándole de las fuentes de
agitación.
7.2.3.-
Evitar proyectar una imagen
amenazadora.
7.2.4.-
Evitar las interrupciones.
7.2.5.-
Evitar preocupar al paciente.
7.2.6.-
Evitar discusiones con el paciente.
7.2.7.-
Ignorar las conductas adecuadas.
7.2.8.-
Alabar los esfuerzos de autocontrol.
7.3.-
Disminución de la ansiedad.
Ver
intervención 6.1.
7.4.-
Vigilancia.
7.4.1.-
Vigilar esquemas de comportamiento.
7.5.-
Vigilancia : seguridad.
7.5.1.-
Vigilar el ambiente para ver si hay
peligro potencial para su seguridad.
7.5.2.-
Proporcionar el nivel adecuado de
supervisión/vigilancia para vigilar
al paciente y permitir las acciones
terapéuticas si es necesario.
|
|
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