REGISTRO
DEL PROCESO ENFERMERO EN URGENCIAS Y EMERGENCIAS |
La Enfermería, como disciplina científica que es, ha
evolucionado a lo largo de su historia en una trayectoria
marcada por las directrices de una sociedad cada vez más
exigente desde el punto de vista profesional. Hoy día, los
profesionales que pertenecemos a esta disciplina, debemos
considerarnos privilegiados al poder asistir a un punto de
inflexión, en todos los sentidos, que sentará las bases de la
Enfermería del futuro. Sin embargo, no podemos limitarnos a
desempeñar el papel de meros espectadores. Es nuestra obligación
y responsabilidad ser protagonistas directos de este cambio.
La SEEUE asume y acepta con esta publicación su parte de
responsabilidad como sociedad científica, cubriendo un
espacio que, hasta ahora, no ha sido posible llenar, a
nuestro entender, de manera plenamente satisfactoria por
parte de los implicados (profesionales asistenciales,
docentes, teóricos, ... etc); tal vez porque no hemos
sido capaces de crear una herramienta lo suficientemente
útil y adaptada al trabajo diario en nuestro medio.
No es nuestra intención polemizar sobre la conveniencia
o no de la adopción del método enfermero, es decir, del
proceso enfermero en el área de las urgencias y
emergencias. Con toda sinceridad creemos que éste es un
debate caduco y obsoleto. Está sobradamente demostrado
que el empleo del proceso enfermero en cualquier área
implica una garantía científica, profesional y de
calidad, que beneficia por encima de todo al ciudadano,
sin olvidar a las demás partes implicadas.
Las particulares características que acompañan a las
asistencias con carácter de urgencia y / o emergencia
nos obligarán a adaptar el proceso enfermero a este
campo. Y es aquí, en esta contextualización, donde
radica la clave para alcanzar el éxito o fracaso en
nuestra empresa. En la actualidad, gracias al trabajo
realizado por diversas instituciones, se ha conseguido
alcanzar un lenguaje enfermero con un grado de consenso
y estandarización bastante elevado, gracias a las
diferentes taxonomías y clasificaciones internacionales,
que reflejan las etapas del proceso de la práctica
enfermera. Llegado este punto y después de todo el
esfuerzo realizado, parece poco razonable no hacer uso
de este lenguaje, cada vez más extendido y difundido día
a día. Sin embargo, debido al carácter internacional que
impregnan estas clasificaciones en su intento por
reflejar de la manera más amplia la labor enfermera, es
posible que no podamos acuñar algunos de sus contenidos
o términos porque extralimiten las competencias o
funciones del profesional de enfermería en nuestro medio
de trabajo (país, comunidad autónoma, ... etc.). Por
ello debemos ser prudentes en la utilización de este
lenguaje común y no perdernos en divagaciones, con la
excusa de tratar de obtener a toda costa nuevas
competencias o funciones.
Poca utilidad tiene aplicar a la perfección el método
científico si no dejamos constancia de nuestro trabajo.
Registrar nuestra actividad es útil no sólo para
justificar nuestra labor como profesionales sino también
para garantizar la continuidad de cuidados interniveles,
contribuir a la investigación y evaluar nuestro
desempeño ajustado a unos estándares concretos, en esa
idea de búsqueda continua de calidad, eficacia y
eficiencia con el mayor acercamiento posible a la
excelencia.
Esta recomendación científica emitida por la SEEUE ve la
luz tras un intenso trabajo de más de un año en el que
se han realizado profundas revisiones bibliográficas,
consultas a expertos profesionales del ámbito de la
enfermería de todos los niveles, comités científicos,
profesionales en diseño y maquetación, realización de
grupos nominales, consultas a bases de datos de
servicios sanitarios, y un largo etc. (Ver apartado de
referencias bibliográficas).
A continuación enunciamos una serie de puntos que
consideramos básicos e imprescindibles y que deben ser
comunes a todo registro de enfermería de urgencias y
emergencias. Posteriormente comentamos estos y otros
aspectos relacionados de una manera más detallada. Para
finalizar ofrecemos un prototipo de registro en el que
hemos trabajado y que pretende contextualizar todo lo
dicho hasta ahora.
(NOTA)
La utilización del término enfermero, enfermera y de
cualquiera de sus derivados a lo largo de esta
recomendación científica hace referencia indistintamente
a ambos géneros (masculino y femenino).
REGISTRO
DE ENFERMERÍA. CARACTERÍSTICAS |
1.- El registro
de enfermería deberá ser un documento adecuado legalmente y
reconocido por la institución a la que pertenece el servicio que
lo utilice, formando parte de la Historia del paciente.
Contribuirá de manera fundamental a identificar patrones de
respuesta y cambios en el estado del paciente, comunicar los
cuidados prestados, analizar la calidad de los mismos, facilitar
la continuidad de cuidados, facilitar la comprensión de los
fundamentos del trabajo enfermero, justificar los servicios
prestados, así como configurar una base de datos.
2.- El
registro de enfermería ha de ser reflejo del proceso
enfermero, por tanto deberá estar diseñado y
estructurado de manera tal que recoja todas y cada una
de las etapas que lo constituyen, es decir: valoración,
problemas detectados (aquellos que incumben de manera
independiente al profesional de enfermería y aquellos
que será necesario tratarlos en colaboración con otro
profesional), objetivos, intervenciones y evaluación.
3.-
Deberá estar estructurado de forma clara y muy visual,
con un diseño y maquetación atractiva para el
profesional, de modo que los datos cruciales puedan
recuperarse fácilmente. Por ello será necesario recurrir
a cuantos medios técnicos avanzados se requieran en su
fase de diseño (asesoramiento profesional).
4.- Así
mismo existirá un espacio reservado para los datos de
filiación del paciente. En los servicios donde exista el
sistema de etiqueta adhesiva de identificación ésta se
colocará en éste espacio.
5.-
También será necesario incluir un espacio en donde
aparezca el nombre del servicio o unidad así como el
nombre de la institución a la que pertenece. Podrán
incluirse señas visuales de identificación (logotipos).
6.-
Consideramos fundamental que el primer apartado tras los
datos de filiación y logotipos del centro o unidad sea
el destinado a la RAC (Recepción, Acogida y
Clasificación del paciente), ya que esta sociedad
científica, precursora de este término, la considera
como actividad propia de los Diplomados en Enfermería
por su cualificación profesional. En este apartado se
deberán reflejar los datos que recomienda la
bibliografía y que ya han sido objeto de estudio en
otras publicaciones y recomendaciones.
7.- Será
obligatorio que, a lo largo del registro, existan
distintos espacios habilitados para la firma de los
diferentes profesionales de enfermería que intervengan a
lo largo de la asistencia (RAC, Cuidados iniciales,
Continuidad de Cuidados), para dejar así constancia de
la transferencia y garantizar la continuidad de cuidados
entre los profesionales implicados.
8.- Es
recomendable acogerse a un modelo teórico de Enfermería,
que presida el diseño del registro, siendo nexo de unión
entre todos los apartados que lo componen. Por lo tanto
habrá que adecuar los contenidos a los postulados del
modelo escogido.
9.- Se
hará uso del lenguaje común enfermero que ha sido
proporcionado y difundido por diversas instituciones y
estudiosos del tema con carácter internacional.
Utilizando también la codificación numérica asignada en
cada caso.
10.- En
la mayoría de los casos los ítems serán cerrados (a modo
de check list), para así facilitar su rápida
cumplimentación, debido a la premura y falta de tiempo
que caracteriza la asistencia en urgencias y
emergencias. No obstante es necesario incluir los
suficientes campos abiertos para poder añadir otras
opciones que no hayan sido contempladas.
11.- Los
contenidos de los diferentes apartados que reflejan las
etapas del proceso enfermero, ofrecerán una selección de
opciones (datos a valorar, problemas, objetivos o
criterios de resultado, intervenciones de
enfermería...). Esta selección será obtenida
cuidadosamente, teniendo en cuenta las características
propias del servicio, la casuística, la experiencia
clínica y de los profesionales y la bibliografía al
respecto; teniendo presente en todo este proceso el
concepto de EBE (Enfermería Basada en la Evidencia).
12.- El
registro contará con un sistema autocopiativo que
proporcionará una o dos copias además del original
(pudiendo ser más). Documentos que podrán ser utilizados
en diferentes itinerarios, según los acuerdos que se
establezcan (atención prehospitalaria, atención
primaria, archivos del centro hospitalario u otros). Se
podrá valorar la posibilidad de entregar una copia al
paciente una vez terminada la asistencia.
13.- Para
facilitar la comprensión de este registro a los
profesionales recomendamos que, al dorso existan unas
breves notas aclaratorias en las que se explique la
manera de cumplimentación correcta del registro,
abreviaturas, escalas empleadas, referencias
bibliográficas, etc... a modo de instrucciones.
14.- El
diseño e implantación de un registro propio de
Enfermería deberá ser cimentado con una implicación
directa del profesional, por lo que es imprescindible
poner a su alcance la información y formación
necesarias. El registro deberá ser conocido a la
perfección por el profesional como si de un mapa se
tratara. Se deberán desarrollar, mediante entrenamiento,
las habilidades necesarias para conseguir una
cumplimentación rápida y eficaz. Es fundamental que se
impartan cursos, jornadas o sesiones sobre proceso
enfermero y registro del mismo a estos profesionales.
Así mismo es aconsejable facilitarles un manual-guía de
consulta rápida de bolsillo, especialmente en los
momentos iniciales.
La SEEUE propone un primer prototipo de registro en el que
quedan contextualizados los puntos tratados anteriormente y que
se ofrece como anexo a esta recomendación científica. Este es un
primer paso en un intento de materializar una herramienta
palpable que pueda utilizarse en el trabajo diario. Analizaremos
algunos de los contenidos de este documento.
RAC.
RECEPCIÓN, ACOGIDA Y CLASIFICACIÓN |
|
Es de suponer que, siendo la SEEUE una de las
sociedades impulsoras de esta actividad como
propia de Enfermería, sea incluida con gran
protagonismo en esta propuesta de registro. Es
el inicio del contacto con el ciudadano. Tal y
como queda definida esta actividad en las
referencias bibliográficas, hablamos de un nuevo
concepto que implica no sólo una acción mecánica
de estos tres verbos, sino una actitud acentuada
de empatía con el problema de salud del
ciudadano y su entorno, atendiendo a unos
niveles de gravedad (clasificación) e implicando
la creación de relaciones humanas
interpersonales en el transcurso de su atención
y cuidados. |
No debemos limitar su ámbito de aplicación a los servicios de
urgencias hospitalarios, sino que debe ser compartida con la
atención extrahospitalaria; nos referimos tanto a los puntos de
urgencias de atención primaria como a los equipos móviles de
asistencia sanitaria de urgencias y emergencias. Es posible que
en este último caso (unidades móviles), pueda verse cuestionada
la aplicabilidad de la RAC, ya que podría parecer que la
clasificación perdería sentido, puesto que el personal médico
forma parte del equipo y está manteniendo contacto con el
paciente desde el primer momento, o porque se pueda interpretar
que simplemente se interviene sin más pensamiento que el de
tratar de solventar la emergencia. Lejos de compartir esta
opinión defendemos la aplicabilidad de la RAC en estos casos,
eso sí, siendo adaptada a este medio desde el siguiente punto de
vista. Pretender aplicar la RAC en el medio extrahospitalario
(dentro de un equipo móvil de estas características) del mismo
modo que lo hacemos en el hospitalario es sumamente complicado,
pero con la misma rotundidad afirmamos severamente que, la RAC
implica un modo relacional, una actitud desde el punto de vista
holístico hacia el paciente y su entorno; detalles estos que
deben ser abordados como una actividad propia de los diplomados
en enfermería por su cualificación profesional sea cual sea su
ámbito de trabajo y debiendo ser registrada. Se trata por tanto
de “engrandecer” este momento en el que se mantiene un primer
contacto con el ciudadano, dotándolo de importancia y entidad
propia. La priorización se hará con respecto a la atención
médica y de cuidados de enfermería; sobre la primera es
indudable que, si ya está presente la figura del personal médico
a ellos les corresponde pero, con respecto a los cuidados, es la
enfermera la que debe asignar la prioridad (pensando también en
este punto en la posterior asistencia en el centro hospitalario)
pues se dará el caso que, demandantes en los que se descarte una
gravedad médica inminente necesiten ver atendidas sus
necesidades de manera apremiante (enfermos terminales, pacientes
con estado de agitación, pacientes con problemas sociales,
etc...). En ningún caso esta actitud supondrá conflicto o
enfrentamiento alguno entre las dos figuras (médica y
enfermera). Es evidente que se atenderán primero aquellas
necesidades que supongan un riesgo vital.
Las catástrofes o emergencias colectivas son límites de
la RAC, puesto que en estos casos es inviable su
aplicabilidad, utilizándose el concepto tradicional de
triage .
El proceso enfermero por tanto, tiene su inicio en la
RAC, es por ello que la enfermera podrá, ya desde el
inicio, recoger datos sobre algunas necesidades,
detectar los primeros indicios indicativos de problemas
reales o potenciales, marcar unos objetivos iniciales y
llevar a cabo las primeras intervenciones que
contribuyan a alcanzar esos objetivos. Todo esto deberá
ser registrado en los apartados correspondientes.
Al área que se corresponde con este apartado en el
registro se le ha asignado el color amarillo / verde.
Hemos optado por asumir el modelo de Virginia Henderson (14
necesidades humanas básicas) en el diseño de esta propuesta de
registro. En nuestra opinión, se adapta perfectamente a las
peculiaridades de la asistencia en nuestra área de trabajo.
Además es muy conocido entre los profesionales. Con respecto a
la valoración según este modelo creemos que ayuda a simplificar
esta etapa, ya que las necesidades son muy claras y están
perfectamente definidas, atendiendo a las distintas esferas (bio-psico-social).
No pretendemos que se cumplimenten desde el principio todos los
ítems que aparecen en este apartado. Creemos que el criterio de
cada profesional le guiará sobre qué necesidades deben enfocarse
en un principio. Por ello en el título de cada necesidad hay un
cuadro de color blanco que deberá marcarse cuando la necesidad
haya sido valorada y dejarlo en blanco si no es así. Esto
facilita el centrarnos, en función de las circunstancias de cada
caso (nivel de prioridad, disponibilidad de tiempo, carga de
trabajo, ...), en las necesidades que consideremos más
relevantes. Además permite que, a lo largo de toda la
asistencia, distintos profesionales puedan terminar de completar
la valoración de la totalidad de las necesidades si así lo creen
necesario.
Al igual que en el resto de apartados del registro, para
establecer la relación de items a valorar en cada
necesidad se han consultado las fuentes que aparecen
reflejadas en el apartado de bibliografía.
Al área que se corresponde con este apartado en el
registro se le ha asignado el color naranja.
|
Sin pretender desarrollar de manera extensa el
modelo conceptual escogido y los conceptos
relacionados, sí queremos puntualizar algunos
aspectos que ayudarán a entender mejor la propuesta
de registro.
Dos son los tipos de problemas que identificaremos
en nuestro trabajo y por tanto que quedan
registrados.
Aquellos en los que la enfermera necesita de la
colaboración de otro profesional para abordarlos son
los que llamamos problemas de colaboración. En ellos
el usuario necesita que la enfermera haga por él las
actividades relacionadas con el tratamiento y
control prescrito por otro profesional (normalmente
el médico). En este registro estos problemas
aparecen en forma de lista para ser marcados si se
producen y han sido enunciados siguiendo
terminología médica. Si el problema no se ha
producido todavía, sino que se detecta en grado de
potencialidad se enuncia con la expresión “CP:”
(complicación potencial) seguida del término médico
preciso y después se añade si es posible la causa,
precedida de la expresión “2º a”(secundario a).
Existen otros problemas a los que llamamos
Diagnósticos Enfermeros en los que la enfermera
realiza un juicio clínico sobre el paciente /
familia / comunidad, ante la respuesta que
cualquiera de éstos manifiesta frente a problemas de
salud reales o potenciales. En este caso la
enfermera puede resolverlos de manera independiente
al ser la única responsable y no requerir la ayuda
de otro profesional. |
Para abordar los Diagnósticos enfermeros existe una
terminología que ha sido consensuada y desarrollada por
instituciones de prestigio a nivel internacional,
creando así un lenguaje estandarizado. La posición que
adopta la SEEUE en este sentido es la de apoyar y
promover la utilización de este lenguaje común. Sin
embargo debemos aportar unas notas de prudencia y
cautela en los términos que desarrollamos a
continuación. Las particulares características de la
profesión enfermera en el entorno de las urgencias y
emergencias, así como el entorno socio- aboral y
legislativo provocan que, en muchas situaciones, no
podamos emplear los términos recogidos en esta
terminología a la que nos referimos (a pesar de que es
posible que estos mismos términos sí puedan ser
empleados en otros entornos de trabajo distintos a las
urgencias o emergencias al cambiar o modificar estas
particularidades). El argumento de que las limitaciones
de tiempo con las que contamos en ocasiones dificultan
la fase de triangulación o contraste de los datos
obtenidos en la valoración, es utilizado por aquellos
detractores del empleo del lenguaje de las “tres N” en
urgencias y emergencias, pues entienden que puede
provocar precipitaciones en forma de errores en la
elaboración de los problemas detectados. En estas
situaciones proponemos que se cuenten con datos
razonables a la hora de enunciar este tipo de juicios,
si no como reales, al menos con indicios o sospechas
suficientes para ser planteados como potenciales de cara
a la continuidad asistencial con otros niveles.
Concretamente opinamos que en este lenguaje conocido hoy
día como terminología NANDA, NIC, NOC existen algunos
términos planteados como factores relacionados,
etiquetas diagnósticas, criterios de resultado o
intervenciones de enfermería que tienen muy difícil su
aplicación en nuestro medio, al menos hoy día tal y como
esta sociedad científica entiende la asistencia de
enfermería en urgencias y emergencias. Estamos
convencidos de que nuestra profesión evolucionará con el
tiempo, al igual que lo hará este lenguaje común, lo que
supondrá que cada vez sea más matizado y perfilado, lo
que contribuirá decisivamente a su implantación
completa. En definitiva, apostamos decididamente por la
utilización de esta terminología de manera lógica y
razonable, sin pretender su uso indiscriminado en
aquellas situaciones de difícil aplicación, a la par que
se desarrollan aptitudes y habilidades por parte de los
profesionales así como una evolución natural de la
profesión y un desarrollo más amplio de la terminología
internacional. Al mismo tiempo consideramos que, (en
tanto se alcanza esta evolución) si aparecen dudas
razonables, exista la posibilidad de identificar el
problema detectado recurriendo a otro tipo de
enunciados, eso sí, apoyados en la bibliografía.
Seguido al enunciado anterior, bajo el punto de vista
del modelo conceptual al que nos hemos acogido, la
enfermera puede actuar en dos vertientes ante este tipo
de problemas. Podrá hacerlo fomentando / completando la
independencia del paciente, proporcionándole para ello
la fuerza (física o psíquica), el conocimiento o la
voluntad necesarias. Por otro lado en aquellos casos en
los que el paciente no pueda alcanzar la independencia
debido a que no es autónomo en cuanto a capacidad física
o psíquica se refiere, la enfermera deberá suplir de
manera parcial o total al paciente, pues de otro modo no
alcanzaría nunca la satisfacción de sus necesidades. En
conclusión, nos estamos refiriendo a dos tipos de
problemas:
-
En los
problemas de independencia la enfermera trata de
completar la independencia del paciente para que pueda
satisfacer sus necesidades, y lo hace proporcionando la
fuerza, conocimiento o voluntad necesarias. Estas tres
palabras se convierten a partir de ahora en pilares
fundamentales, que nos servirán incluso para discernir
de qué tipo de problema se trata. Para enunciar estos
problemas o diagnósticos enfermeros utilizaremos la
Taxonomía II de la NANDA y por tanto sus normas de
enunciado y codificación (que no reproducimos al ser
ampliamente conocidas, en todo caso remitimos a los
lectores interesados a las notas bibliográficas).
-
En los
problemas de autonomía, que también son considerados
como diagnóstico de enfermería, la enfermera suple de
manera total o parcial al paciente para poder satisfacer
sus necesidades. La taxonomía NANDA no es apropiada en
estos casos, sino que se recurre a una taxonomía propia
elaborada por expertos y teóricos. Tal y como queda
reflejado en el registro sólo son 7 los problemas de
autonomía que se contemplan según la bibliografía
consultada. Al lado de cada problema habrá que indicar
si la suplencia es total (ST) o parcial (SP). Con la
inclusión en el registro de los problemas de autonomía,
añadimos una opción más que puede ser usada por el
profesional en aquellos casos en los que la situación no
se ajuste totalmente al lenguaje NANDA, pero que tampoco
pueda ser enmarcado como problema colaborativo, pues
atañe directamente a la profesión enfermera.
En ambos casos el registro ofrece una lista (check list)
de problemas, con campos cerrados, para que sean
marcados por el profesional. Por supuesto existen campos
abiertos para incluir opciones no recogidas.
Al
área que se corresponde con este apartado (problemas de
colaboración, problemas de autonomía, diagnósticos
enfermeros NANDA) en el registro se le ha asignado el
color azul con degradado.
OBJETIVOS, CRITERIOS DE RESULTADO E INDICADORES |
Siguiendo la
secuencia lógica del proceso enfermero
corresponde la etapa de planificación de
objetivos. Tratando de proporcionar una imagen
de linealidad en el tiempo (presente en todo
momento en el registro), al lado de cada uno de
los problemas detectados queda reflejado el
objetivo marcado. Se han obviado los objetivos
referentes a los problemas colaborativos, puesto
que no dependen exclusivamente de enfermería.
Para establecer los objetivos relacionados con
los problemas de autonomía hemos seguido las
recomendaciones que establece la bibliografía,
por tanto se corresponden también con un número
de 7 (uno por cada problema). Sin embargo para
los diagnósticos enunciados con la Taxonomía II
de la NANDA recurrimos a la Clasificación de
Resultados de Enfermería (NOC) del Grupo de
Trabajo de la Universidad de IOWA. A cada
diagnóstico se le ha asignado un criterio de
resultado seguido de un indicador. Dentro de los
propuestos por el grupo de trabajo para cada
diagnóstico, han sido escogidos los criterios e
indicadores que más se pueden ajustar al campo
de las urgencias y emergencias. Se presentan ya
enunciados mediante campos cerrados para
marcarlos, pero si no se está de acuerdo con los
escogidos existe un campo abierto para enunciar
otro que el profesional considere más adecuado.
Al
área que se corresponde con este apartado en el registro
se le ha asignado el color violeta con degradado.
Tres son los grupos en los que hemos dividido
las intervenciones del registro, asociando cada
uno de ellos a los tres tipos de problemas que
puedan detectarse (de colaboración, de
autonomía, diagnósticos NANDA). Se ha tratado de
extraer las intervenciones más significativas
para cada tipo de problema, mediante enunciado y
codificación según la Clasificación de
Intervenciones de Enfermería (NIC) del Grupo de
Trabajo de la Universidad de IOWA. Lo ideal es
que quedara constancia de la totalidad de las
actividades que corresponde a cada intervención,
pero pensamos sería interminable y complejo
poder recogerlo así en un registro para
urgencias y emergencias, por ello, salvo algunas
excepciones en los que a lado de cada
intervención aparecen campos abiertos (para
completar calibre de catéter, localización,
material empleado en inmovilización,
localización de herida o lesión, escala del
dolor, evolución de dolor, escala RAMSAY, ....),
sólo es chequeada la intervención, pues pensamos
que es suficientemente orientativo. Como en
secciones anteriores se reproducen espacios
abiertos para incorporar nuevas intervenciones.
En este apartado, correspondiéndose con el grupo de
problemas de colaboración, hemos incluido una gráfica
sencilla donde quedarán recogidos datos tales como
fármacos y vía, entradas y salidas de líquidos y valores
de las constantes. Por limitaciones de espacio no ha
sido posible incluir una gráfica más amplia, pero
nuestro objetivo sólo era el de facilitar la recogida de
datos en asistencias de urgencias o emergencias, lo que
implica una limitación en el tiempo. Esta gráfica no
está diseñada, en principio, para estancias prolongadas
de hospitalización (observación), pues entendemos que
estos casos pasan a ser un ingreso prolongado que se
sale de la atención de urgencias y emergencias y que
deberían tener un registro propio.
Al área que se corresponde con este apartado en el
registro se le ha asignado el color rojo con degradado.
EVALUACIÓN. CONSECUCIÓN DE OBJETIVOS |
Los problemas de autonomía y los
diagnósticos enfermeros (NANDA), atendiendo
a los objetivos relacionados, son objeto de
esta fase en la propuesta de registro que
planteamos. Los primeros se medirán en
cuanto a su consecución (alcanzado o no
alcanzado) chequeando el cuadro
correspondiente de la columna con el título
Objetivos Alcanzados. En los segundos se
emplea la metodología propuesta por el Grupo
de Trabajo de IOWA del Proyecto NOC, en el
que se puntúa cada indicador numéricamente
de 1 a 5, siendo el 5 el grado mayor de
consecución y equiparándose cada número a
una medida según el indicador escogido. En
este último caso la columna está dividida en
2 con lo que se ofrece la posibilidad de
hacer una primera evaluación y, si así se
pretende reflejar, otra segunda, a modo de
reevaluación.
Al área que se corresponde con este apartado
en el registro se le ha asignado el color
violeta con degradado. |
|
La identificación mediante nombre y firma de los
diferentes profesionales de enfermería que
intervienen en todo el proceso ofrecen una
visión de continuidad de cuidados, por ello le
otorgamos gran valor y designamos apartados
específicos para ellos. El destino final es un
apartado que incorporamos para que quede
constancia a efectos de análisis de
investigación y para que exista reflejo del alta
con necesidad de continuidad de cuidados
enfermeros (derivación), lo que supondría un
nexo de unión entre diferentes niveles
asistenciales.
Al área que se corresponde con este apartado en el
registro se le ha asignado el color gris con degradado.
La utilización de colores para cada apartado no se hace
sólo a efectos visuales de organización, sino que
esconde una codificación de colores por etapas a la hora
de editar una guía de consulta rápida de bolsillo sobre
proceso enfermero y registro del mismo, donde la
consulta sería de fácil y rápido acceso gracias a este
código de colores.
LAS
BASES. HACIA DÓNDE VAMOS |
Esta propuesta de Registro de Enfermería de
Urgencias y Emergencias que ofrece la SEEUE como
sociedad científica no es dogmática. No pretende
dejar zanjado el tema, sino abrir un proceso
dinámico de revisión y evolución continua. Sólo
es el reflejo de la inquietud de profesionales
en un esfuerzo por dotar a su trabajo de una
mayor identidad y entidad.
Este es el principio de un largo trayecto. Una vez
dotada esta herramienta del consenso y beneplácito de
los profesionales e instituciones implicadas deberíamos
aunar esfuerzos y trabajar en conjunto en su
utilización. Futuros estudios multicéntricos que
utilicen como denominador común un registro único
aportarían luz suficiente sobre prevalencias en cuanto a
ítems de valoración, etiquetas diagnósticas, criterios
de resultado, indicadores de resultado e intervenciones
de enfermería en las unidades de urgencias y
emergencias. Esto ayudaría aún más a elaborar un
registro mejor definido, “afinado” y perfilado, que
facilitaría enormemente nuestro trabajo.
Se trata de utilizar ese registro bajo el soporte y
medios técnicos que mejor se adapten a las
características de nuestro trabajo, facilitándonos al
máximo el proceso de registro. En este sentido los
avances de las nuevas tecnologías tienen mucho que
decir. Los sistemas de redes inalámbricas, Intranet,
ordenadores de bolsillo, ... son ya una realidad que,
pensamos, deben ser aprovechados al máximo orientando su
utilización a emplear la máquina en beneficio del ser
humano.
-
Alfaro-LeFevre, R. Aplicación del Proceso
Enfermero, guía paso a paso. Editorial MASSON,
4ª Edición. 2002 Barcelona.
-
Arenas Fernández, J. Y varios. Urgencias y
emergencias: otros aspectos. SEEUE. 2003 Madrid.
-
Capel Bonachera, Y. Y varios. Plan de cuidados:
la otra cara de la gráfica. Tempus Vitalis 2002;
2 (3): 70.
-
Johnson, M y varios. Clasificiación de
Resultados de Enfermería (NOC). Editorial
HARCOURT, 2ª Edición. 2001 Madrid.
-
Jonson, M y varios.Diagnósticos Enfermeros,
Resultados e Intervenciones. Interrelaciones
NANDA, NOC Y NIC. Ediciones Haccourt. 2002
Madrid.
-
Luis Rodrigo, MT y varios. De la teoría a la
práctica, el pensamiento de Virginia Henderson
en el Siglo XXI. Editorial MASSON, 2ª Edición.
2000, Barcelona.
-
Luis Rodrigo, MT. Los Diagnósticos Enfermeros.
Revisión crítica y guía práctica. Editorial
MASSON, 2ª Edición. 2002 Barcelona.
-
McCloskey, JC y varios. Clasificación de
Intervenciones de Enfermería (NIC). Editorial
HARCOURT, 3ª Edición. 2001 Madrid.
-
North American Nursing Diagnosis Asociation.
NANDA Diagnósticos Enfermeros: Definición y
clasificación 2001- 2002. Harcourt. Barcelona
2001.
-
Phaneuf, M.La Planificación de los Cuidados
Enfermeros. McGraw-Hill, Interamericana. 1999
México.
-
Rodríguez Salvador, MM. Y varios. Experiencia de
implantación del proceso enfermero en
emergencias. Tempus Vitalis 2003; 3(1): 4-10.
-
Romero-Nieva Lozano, J. Y varios. Marco
referencial en Enfermería de Urgencias y
Emergencias. Memorandum SEEUE 2003. Madrid.
-
SEEUE. Recomendación Científica 99/01/01. De las
funciones y tareas propias de los Diplomados de
Enfermería en la recepción, acogida y
clasificación de los pacientes en el área de
urgencias. SEEUE. 1999, Madrid.
-
Subirá Invernón, A. Y varios. Diseño de un
sistema de registro mediante la aplicación de
lenguaje estandarizado para la planificación de
cuidados en el paciente crítico. Tempus Vitalis
2002; 2 (3): 63.
-
Torres López, AM y varios. Guía de Cuidados
Enfermeros en el paciente crítico. Fundación
IAVANTE, Consejería de Salud, Junta de
Andalucía. 2002 Málaga.
OTRAS
FUENTES CONSULTADAS
-
EPES.
Base de Datos Registro de Enfermería. Empresa
Pública de Emergencias Sanitarias, Servicio
Provincial 061 de Jaén.
-
EPES.
Memoria Empresa Pública de Emergencias Sanitarias
2003. Consejería de Salud de la Junta de Andalucía.
-
EPES.
Guía de Cumplimentación de los Registros de
Enfermería. Empresa Pública de Emergencias
Sanitarias. Consejería de Salud de la Junta de
Andalucía. 2003.
-
García Cazalilla, MC. Análisis crítico del actual
registro enfermero: Grupo Nominal. Publicaciones
Intranet EPES 061, Servicio Provincial de Jaén.
2002.
-
Real
Decreto 1231/2001 de 8 de Noviembre. BOE número 269.
40986-40999. De los Estatutos generales de la
Organización General de Enfermería de España, del
Consejo General y de Ordenación de la actividad
profesional de enfermería.
-
SAECC.
I Conferencia de Consenso de la Sociedad Andaluza de
Enfermería de Cuidados Críticos. Estándares para la
Recepción, Clasificación y Atención Sanitaria
Inicial de pacientes en Urgencias. Documento
Recomendaciones Definitivas. 2002.
-
SEEUE.
Reuniones Grupo de Trabajo SEEUE 2002 Proyecto NIPE
de ISECS.
|