Sociedad Española de Enfermería de Urgencias y Emergencias

 Número 47

Diciembre 2006/Enero 2007  

 

 

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de Enfermería

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Editorial

 

QUERIDOS REYES "VAGOS"

Carta abierta de un enfermero desencantado a SSMM los Reyes de Oriente

     Majestades, hace un año, en estas mismas fechas, les escribía, como todas las vísperas de Navidad, una carta en la que les expresaba mis peticiones y deseos para este año 2006 que a punto está de expirar. Dejándome llevar por la exaltación de las fechas y la emoción del cuidar profesional, no pude más que anhelar un año de prosperidad y evolución para los cuidados, pues todo apuntaba hacia ello.

     Al menos así se desprendía de la situación científica de la profesión, las aprobaciones realizadas y pendientes en materia de legislación para el desarrollo de la actividad profesional, las modificaciones adoptadas para la formación “pre” y “post” grado, la convergencia europea, los planes de salud de los diferentes sistemas sanitarios públicos aprobados por las distintas comunidades autónomas, ... etc.

     He de reconocer a SSMM que, pasado este tiempo, me siento apesadumbrado y desconcertado. Sinceramente, no esperaba que se resolvieran todos los retos de la profesión enfermera en este año, pero sí confiaba en que algunos de ellos, al menos, terminaran de concretarse y fueran una realidad a lo largo de este 2006. Sin embargo ... ¡SSMM han desestimado la mayoría de mis peticiones! ¡Mis deseos no se han visto cumplidos!

     Después de varios reales decretos, órdenes ministeriales, desarrollo y aplicaciones de leyes y, eso sí, infinidad de mesas y grupos de trabajo de expertos, la realidad nos muestra que, no existe especialidad de enfermería de urgencias, emergencias y cuidados críticos. Casi me atrevería a decir que no existen nada más que las especialidades de “matrona” y “salud mental”, aunque más bien debería decir que existe “una especialidad y media”, puesto que, si bien hay pruebas de acceso y créditos universitarios para la titulación de salud mental, no ocurre lo mismo con las plazas para desempeñar laboralmente esta especialidad. Los sistemas sanitarios públicos de las comunidades autónomas cuentan con un número de plazas de enfermero especialista en salud mental casi ridículo. Del resto de especialidades pendientes de desarrollar (pediatría, enfermería del trabajo, ...) ... ¿qué podemos decir?

     La reforma de la ley del medicamento vislumbraba un horizonte esperanzador para, de una vez, regularizar una intervención de enfermería que es una realidad, pero que no cuenta con el amparo ni el respaldo de la legislación, sencillamente porque la evolución de la ciencia va por delante de la evolución de la normativa y la ley. De poco ha servido que ésta sea una intervención validada y reconocida internacionalmente, recogida en la legislación de otros países del entorno de la unión europea y de fuera de ella. De poco han servido los créditos universitarios de farmacología con que cuenta la titulación de enfermería en España. La prescripción seguirá siendo, desde el punto de vista normativo, un “monopolio” científico. Lo curioso de este asunto es que, cuesta trabajo entender la negativa de la administración, ... creo que es de los pocos casos en los que un colectivo pide soportar una carga de trabajo mayor (sin que por ello solicite un aumento de sus salarios) y la propia administración se lo niega.

     En España, majestades, se habla del “Proceso Enfermero” (antes PAE) desde hace 25 años. Tiempo era ya de que se hubiera instaurado de manera uniforme esta estructuración científica del trabajo de enfermería. Se han producido grandes avances, minoritarios, pero muy importantes, si embargo, un cuarto de siglo después, seguimos encontrando dificultades para trabajar con metodología científica en nuestra profesión, y apenas se ha implantado. Lo verdaderamente desesperanzador es que, en muchas ocasiones, son los propios profesionales de la enfermería los que mayores obstáculos “colocan” en este largo y duro camino.

     Lo cierto, majestades, es que, este año no sólo no me han obsequiado con alguno de estos regalos, sino que, además, he recibido mayores desencantos. Algunos de ellos ni tan siquiera imaginables por mi utópica y bohemia mentalidad. El sistema sanitario público de salud preconiza la aplicación del método científico del proceso enfermero, como un pilar más dentro del ciclo de calidad asistencial. Por ello, he de confesar que, particularmente, ha sido desmotivador, o más bien descorazonador, presenciar cómo el propio sistema sanitario público de salud, en la figura de sus gestores, ha paralizado este año proyectos basados en la metodología de cuidados de proceso enfermero. Proyectos éstos generadores de cambio hacia la calidad asistencial, ideados por los propios profesionales, tal y como recomiendan los expertos para garantizar el éxito del cambio hacia la calidad. Proyectos éstos que han dado su fruto, obteniendo un beneficio para los profesionales y para el usuario, puesto que contribuían de manera determinante a la continuidad de cuidados interniveles. Proyectos éstos argumentados con resultados eficaces y eficientes desde un análisis riguroso, serio y científico. Proyectos éstos, en definitiva, que han muerto de la mano voluntaria de nuestros gestores. Después de esto, ... ¿qué esperanza nos queda?

     En conclusión, sin ánimo de parecer descortés, no puedo más que estar descontento con SSMM, puesto que no han estimado mis peticiones. Lo cual me hace sospechar que han desempeñado vagamente su labor de congratular a los mortales con regalos anhelados como premio a su buen comportamiento. Claro que, también podría pensar que, no han concedido mis deseos como consecuencia de un mal comportamiento de la profesión. Incluso, podría atreverme a empezar a sospechar la idea de que SSMM los Reyes Magos, o más bien “vagos”, de Oriente no son más que una ilusión ideada para alimentar nuestros sueños más utópicos e ilusionantes, lo cual reduciría mis opciones de alternativa a Papá Noel. Claro que, de este último, tampoco tenemos certeza absoluta de su existencia.    

SEEUE          

    

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