QUERIDOS REYES "VAGOS" |
Carta abierta de un enfermero
desencantado a SSMM los Reyes de Oriente |
Majestades, hace un año, en estas mismas
fechas, les escribía, como todas las
vísperas de Navidad, una carta en la que les
expresaba mis peticiones y deseos para este
año 2006 que a punto está de expirar.
Dejándome llevar por la exaltación de las
fechas y la emoción del cuidar profesional,
no pude más que anhelar un año de
prosperidad y evolución para los cuidados,
pues todo apuntaba hacia ello.
Al menos así se desprendía de la situación
científica de la profesión, las aprobaciones
realizadas y pendientes en materia de
legislación para el desarrollo de la
actividad profesional, las modificaciones
adoptadas para la formación “pre” y “post”
grado, la convergencia europea, los planes
de salud de los diferentes sistemas
sanitarios públicos aprobados por las
distintas comunidades autónomas, ... etc.
He de reconocer a SSMM que, pasado este
tiempo, me siento apesadumbrado y
desconcertado. Sinceramente, no esperaba que
se resolvieran todos los retos de la
profesión enfermera en este año, pero sí
confiaba en que algunos de ellos, al menos,
terminaran de concretarse y fueran una
realidad a lo largo de este 2006. Sin
embargo ... ¡SSMM han desestimado la mayoría
de mis peticiones! ¡Mis deseos no se han
visto cumplidos!
Después de varios reales decretos, órdenes
ministeriales, desarrollo y aplicaciones de
leyes y, eso sí, infinidad de mesas y grupos
de trabajo de expertos, la realidad nos
muestra que, no existe especialidad de
enfermería de urgencias, emergencias y
cuidados críticos. Casi me atrevería a decir
que no existen nada más que las
especialidades de “matrona” y “salud
mental”, aunque más bien debería decir que
existe “una especialidad y media”, puesto
que, si bien hay pruebas de acceso y
créditos universitarios para la titulación
de salud mental, no ocurre lo mismo con las
plazas para desempeñar laboralmente esta
especialidad. Los sistemas sanitarios
públicos de las comunidades autónomas
cuentan con un número de plazas de enfermero
especialista en salud mental casi ridículo.
Del resto de especialidades pendientes de
desarrollar (pediatría, enfermería del
trabajo, ...) ... ¿qué podemos decir?
La reforma de la ley del medicamento
vislumbraba un horizonte esperanzador para,
de una vez, regularizar una intervención de
enfermería que es una realidad, pero que no
cuenta con el amparo ni el respaldo de la
legislación, sencillamente porque la
evolución de la ciencia va por delante de la
evolución de la normativa y la ley. De poco
ha servido que ésta sea una intervención
validada y reconocida internacionalmente,
recogida en la legislación de otros países
del entorno de la unión europea y de fuera
de ella. De poco han servido los créditos
universitarios de farmacología con que
cuenta la titulación de enfermería en
España. La prescripción seguirá siendo,
desde el punto de vista normativo, un
“monopolio” científico. Lo curioso de este
asunto es que, cuesta trabajo entender la
negativa de la administración, ... creo que
es de los pocos casos en los que un
colectivo pide soportar una carga de trabajo
mayor (sin que por ello solicite un aumento
de sus salarios) y la propia administración
se lo niega.
En España, majestades, se habla del “Proceso
Enfermero” (antes PAE) desde hace 25 años.
Tiempo era ya de que se hubiera instaurado
de manera uniforme esta estructuración
científica del trabajo de enfermería. Se han
producido grandes avances, minoritarios,
pero muy importantes, si embargo, un cuarto
de siglo después, seguimos encontrando
dificultades para trabajar con metodología
científica en nuestra profesión, y apenas se
ha implantado. Lo verdaderamente
desesperanzador es que, en muchas ocasiones,
son los propios profesionales de la
enfermería los que mayores obstáculos
“colocan” en este largo y duro camino.
Lo cierto, majestades, es que, este año no
sólo no me han obsequiado con alguno de
estos regalos, sino que, además, he recibido
mayores desencantos. Algunos de ellos ni tan
siquiera imaginables por mi utópica y
bohemia mentalidad. El sistema sanitario
público de salud preconiza la aplicación del
método científico del proceso enfermero,
como un pilar más dentro del ciclo de
calidad asistencial. Por ello, he de
confesar que, particularmente, ha sido
desmotivador, o más bien descorazonador,
presenciar cómo el propio sistema sanitario
público de salud, en la figura de sus
gestores, ha paralizado este año proyectos
basados en la metodología de cuidados de
proceso enfermero. Proyectos éstos
generadores de cambio hacia la calidad
asistencial, ideados por los propios
profesionales, tal y como recomiendan los
expertos para garantizar el éxito del cambio
hacia la calidad. Proyectos éstos que han
dado su fruto, obteniendo un beneficio para
los profesionales y para el usuario, puesto
que contribuían de manera determinante a la
continuidad de cuidados interniveles.
Proyectos éstos argumentados con resultados
eficaces y eficientes desde un análisis
riguroso, serio y científico. Proyectos
éstos, en definitiva, que han muerto de la
mano voluntaria de nuestros gestores.
Después de esto, ... ¿qué esperanza nos
queda?
En conclusión, sin ánimo de parecer
descortés, no puedo más que estar
descontento con SSMM, puesto que no han
estimado mis peticiones. Lo cual me hace
sospechar que han desempeñado vagamente su
labor de congratular a los mortales con
regalos anhelados como premio a su buen
comportamiento. Claro que, también podría
pensar que, no han concedido mis deseos como
consecuencia de un mal comportamiento de la
profesión. Incluso, podría atreverme a
empezar a sospechar la idea de que SSMM los
Reyes Magos, o más bien “vagos”, de Oriente
no son más que una ilusión ideada para
alimentar nuestros sueños más utópicos e
ilusionantes, lo cual reduciría mis opciones
de alternativa a Papá Noel. Claro que, de
este último, tampoco tenemos certeza
absoluta de su existencia.
SEEUE
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