EL
TIEMPO DE LAS ESPECIALIDADES DE
ENFERMERÍA |
Avanzar en el desarrollo profesional enfermero está íntimamente ligado al
reconocimiento de diversas áreas de práctica enfermera como Especialidades.
¿Cuantas veces, después de haber sufrido la paralización del actual Real Decreto
992/987, de 3 de julio, por el que se regula el título de Enfermero especialista, no
habremos escuchado en los últimos años, y no digamos en los últimos meses, anuncios
de que sí, que ahora va en serio, que ya mismo tenemos un nuevo Real Decreto de
Especialidades en el BOE, y que ya podemos ser Especialistas?
Si para hacer este camino, con estas alforjas, hemos llegado a donde estamos
tendremos que cuestionarnos, muy seriamente, qué hemos venido haciendo durante todo
este tiempo de arduos esfuerzos para constatar que sólo hemos avanzado en la discusión
de múltiples y evolutivos borradores de proyecto. Tal vez hemos emborrachado y
mareado un texto que al no ver la luz se nos quede, en el mejor de los casos, en un
embrión congelado. Y cuidado no vaya a ser que con tanta permisividad abortiva
tengamos que encomendarnos a San Ramón Nonato para ver si, aunque sea con fórceps,
damos a luz el deseado proyecto.
A las organizaciones profesionales que un día pelearán por colocarse las
medallas, si no se las han colocado ya, colegial y sindical, y al Ministerio de Sanidad y
Consumo, y con él toda la pléyade de políticos, y otros demagogos, les ha de llegar el
clamor de hartazgo de los enfermeros cansados, jubilados algunos en el proceso de la
demanda de Especialidades, de que tal vez nuestra confianza se desmorone y pasemos
de ellos, y así, sin darnos cuenta, nos carguemos esta bella disciplina llamada
ENFERMERÍA.
Vistos los retrocesos temporales no parece que ahora sea tiempo de estériles
disputas de si tu especialidad o la mía. Es tiempo de criterios fuertes y fortaleza
colectiva para que nuestros responsables profesionales arranquen del Ministerio, de una
vez por todas, el Real Decreto de Especialidades.
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