Actuación
de enfermería en las suturas de urgencia; errores
Piñeiro
Zapata M, Martín Rodríguez M, Legaz Moreno ME, Tomás
Manrubia MT, Rodríguez Gálvez R, Ortega Liarte JV
Servicio
de Urgencias. Hospital Los Arcos
Resumen
:
Una herida es una ruptura de la continuidad normal de los
tejidos. Una de las funciones de enfermería es el cierre
de heridas mediante sutura.
Los tipos de cicatrización se encuadran en tres
categorías :
-
Cicatrización
por primera intención : corresponde al cierre de la
herida mediante cualquier tipo de sutura.
-
Cicatrización
por segunda intención : cuando la cicatrización por
primera intención falla.
-
Cicatrización
por tercera intención : se produce al aproximar dos
superficies de tejido de granulación.
Los errores más habituales en el cierre de las heridas
son :
-
Insuficiente
limpieza y antisepsia de la herida traumática
permitiendo que se desarrolle la infección.
-
Mala
exploración de la herida, con las consiguientes
secuelas al no haber suturado tejidos que deben
permanecer unidos.
-
Mala
elección del tipo de sutura (material o calibre) o de
la anatomía de la aguja a emplear.
-
No
colocar suturas internas cuando la profundidad de la
herida lo requiere.
-
Situar
las suturas internas demasiado cerca de la superficie
epidérmica.
-
No
realizar exéresis de los bordes lacerados de la
herida.
-
Mala
técnica en la introducción de la aguja a través de
los tejidos o mala elección del tipo de punto.
-
Empleo
de una mala técnica de nudo adecuado.
-
Exceso
de presión en los nudos.
-
Mal
reparto de las superficies de la herida.
Como conclusión, el personal de urgencias debe conocer
todo lo concerniente a la sutura de heridas al objeto de
evitar secuelas.
Introducción
:
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Una
herida es una ruptura de la continuidad normal de
los tejidos; cuando su curación espontánea no va
a ser posible, debe ser cerrada de forma
artificial. A pesar de los diferentes métodos de
clasificación, en la practica diaria, las heridas
se suelen clasificar atendiendo a las
características del agente traumático y a su
mecanismo de producción; así, tenemos punzantes,
incisas, contusas, inciso-contusas, por
arrancamiento, mordeduras y otros tipos muy
específicos debido a sus características
particulares como son por arma de fuego, por asta
de toro, emponzoñadas, etc.
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Como respuesta a lesiones de cualquier clase, incluyendo
incisiones quirúrgicas, los mecanismos de defensa natural
entran en juego inmediatamente para restaurar la
integridad y firmeza del tejido implicado. Estas
actividades celulares se pueden analizar en tres fases
distintas :
-
Fase 1 :
que consiste en una respuesta inflamatoria con
acumulación de células y fibroblastos con incremento
de sangre en la herida y con proteolisis para la
eliminación del tejido dañado.
-
Fase 2 :
con formación de colágeno por los fibroblastos y
tejido cicatricial.
-
Fase 3 :
con depósito de colágeno suficiente de forma que
pueda resistir la tensión, esta fase es variable en
cuanto a duración dependiendo del tejido implicado y
las tensiones a las que se somete durante este
período.
Una de las funciones de la Enfermería de
Urgencias es el cierre de heridas traumáticas
mediante técnicas de sutura, para lo cual debemos
tener formación y conocimientos precisos, ya que
de nuestra habilidad va a depender la existencia o
no de ulteriores secuelas.
El objetivo de la sutura es mantener firmes los
tejidos en yuxtaposición (es decir, mantenerlos
juntos en proximidad con medios mecánicos) hasta
que la herida ha cicatrizado lo suficiente como
para resistir tensiones sin necesidad de soportes
mecánicos, momento que es importante conocer al
objeto de retirar la sutura y que dependerá
habitualmente de los tejidos implicados. |
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Tipos
y modelos de cicatrización :
Se clasifican en tres categorías dependiendo del tipo de
tejido de que se trate y las circunstancias que rodean al
cierre :
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-
Cicatrización
por primera intención : corresponde al cierre
de la herida mediante cualquier tipo de sutura
elegido con un edema mínimo y sin infección
local o serios derrames, es decir, hay un
cierre precoz de la herida coaptándose sus
bordes de una manera estable y definitiva.
-
Cicatrización
por segunda intención : cuando la
cicatrización por primera intención falla,
tiene lugar un cierre tardío o diferido de la
misma, permaneciendo ésta abierta hasta que
se alcanza el final del proceso reparador, por
lo que es más lenta y menos estética que la
anterior, es un largo y complicado proceso.
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-
Cicatrización
por tercera intención o cierre primario retrasado :
es aquella en la que se aproximan dos superficies de
tejido de granulación y se utiliza para reparar
heridas sucias o infectadas; consiste en la
eliminación inicial de los tejidos desvitalizados,
dejando la herida abierta hasta que ésta alcanza la
resistencia suficiente a la infección como para poder
cerrarla, lo que sucede a los cuatro o seis días
después de haberse producido.
Errores
más frecuentes :
En el cierre de las heridas traumáticas (aquellas que
acuden habitualmente a los servicios de urgencias)
mediante técnicas de sutura nos encontramos habitualmente
con algunos déficits producidos por una mala técnica.
Los errores que más frecuentemente hemos detectado son
los siguientes :
-
Insuficiente
limpieza y antisepsia de la herida traumática
permitiendo que se desarrolle la infección, lo que
conlleva a la posterior liberación de la sutura para
su limpieza y cierre por segunda intención con una
cicatriz antiestética. Es habitual también encontrar
heridas con restos del objeto causal de la misma
(fragmentos metálicos, cristales, etc) que a lo largo
del tiempo, si no se extraen adecuadamente, pueden
producir reacción a cuerpo extraño teniendo que
someterse a intervención quirúrgica para su
exéresis. Dependiendo de los tejidos afectos,
irrigaremos las heridas bien con abundante suero
fisiológico solamente por el método de arrastre o
bien utilizaremos un cepillo estéril impregnado de
antiséptico como la povidona yodada en solución para
lavado quirúrgico. Extraeremos asimismo con unas
pinzas de disección todos aquellos objetos o
fragmentos que se encuentren en la herida y no
utilizaremos nunca la povidona yodada sin diluir para
la antisepsia de tejidos internos, ya que ésta,
produce quemaduras en los mismos dificultando o
retrasando su cicatrización.
-
Mala
exploración de la herida, sobre todo en las
punzantes, que presentan un pequeño orificio
de entrada del objeto causal, con las
consiguientes secuelas al no haber
suturado tejidos que deben permanecer
unidos (fascias, tendones, etc), o
perforación incluso de visceras huecas. Es
necesario realizar una exploración clínica
exhaustiva, esta exploración local debe
realizarse con la máxima asepsia, con una
buena iluminación, limpieza meticulosa tanto
de la herida como de las zonas vecinas,
eliminando coágulos, tejidos necróticos y
cuerpos extraños por medio de irrigación con
suero fisiológico y aspiración. Para ello
utilizaremos instrumentos como sondas o
estiletes e incluso una vez desinfectada la
herida introduciremos nuestro dedo enguantado
al objeto de explorar al tacto el interior que
no nos es accesible a la vista, si existiese
alguna duda, es preferible abrir un poco
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más con un
bisturí para asegurarnos de los daños reales existentes.
En este apartado debemos tener en cuenta también los
errores producidos por la insuficiente valoración de la
funcionalidad y sensibilidad distales que da lugar a
posteriores reintervenciones para sutura de tendones
afectados o secuelas crónicas en caso de no poder
reintervenir.
-
Mala
elección del tipo de sutura o de la anatomía de la
aguja a emplear. Debemos conocer los materiales
existentes en el mercado y sus propiedades (calibres,
histocompatibilidad, suavidad, flexibilidad,
elasticidad, resistencia a la tracción del nudo, etc)
así como las indicaciones de cada tipo de sutura, ya
que no es lo mismo suturar en la cara, en la espalda,
músculo, genitales, piel, etc; asimismo no sólo es
conveniente elegir el material de la sutura sino
también una aguja de anatomía adecuada al tejido que
vayamos a suturar evitando desgarros innecesarios,
para ellos conoceremos sus características en lo
referente a punta, longitud, cuerda, radio, etc.
-
No
colocar suturas internas cuando la profundidad de la
herida lo requiere dejando espacios que producen
seromas o hematomas, estos últimos por una mala
hemostasia de los vasos seccionados habitualmente.
-
Situar
las suturas internas demasiado cerca de la superficie
epidérmica provocando su expulsión y nuevamente una
herida que habrá de cicatrizar por segunda intención
habiendo perdido los beneficios que pretendíamos
obtener con la sutura primaria.
-
No
realizar exéresis de los bordes lacerados de la
herida; esto nos va a provocar necrosis de los tejidos
desvitalizados con una cicatrización antiestética y
mucho más lenta.
ir
aplanándose gradualmente hasta que llegan a alisarse del
todo, para ello la aguja curva debe penetrar en la
epidermis de forma completamente perpendicular y haciendo
un giro de muñeca sobre el portaagujas (aguja y
portaagujas deben ser un único cuerpo) describiremos el
círculo correspondiente a la anatomía de la aguja para
que pueda salir por el borde opuesto de forma
perpendicular también. Si no se realiza de esta manera
los bordes de la herida quedarán ulteriormente invertidos
o superpuestos con la subsiguiente dehiscencia o
hipertrofia tras la retirada del material de sutura. En
otras ocasiones y sobre tejidos excesivamente laxos
deberemos tener en cuenta el empleo de suturas de
colchonero en sentido vertical que constituye un método
verdaderamente eficaz para evertir los bordes de la
herida.
-
Se han
descrito muchos tipos de nudos, aunque en la práctica
se utilizan sólo unos pocos, dependiendo
fundamentalmente del tejido en que estamos trabajando
y del tipo de material de sutura que estamos
utilizando. En cualquier caso, debemos tener siempre
en cuenta una serie de principios fundamentales :
-
El
nudo debe ser firme para evitar que se pueda
aflojar, pero se debe evitar también la tensión
excesiva, que puede hacer que se rompa el hilo de
sutura, que se corten o se isquemien los tejidos
aproximados o que se produzcan las antiestéticas
cicatrices en vía férrea.
-
El
nudo debe ser tan pequeño como sea posible, sin
comprometer su seguridad, ya que los nudos añadidos
no aumentan la firmeza de un nudo atado
convenientemente, sólo su volumen y la reacción a
cuerpo extraño.
-
Es
preciso evitar la fricción entre los hilos o
dañarlos durante su manejo, para prevenir su rotura
accidental.
-
Asimismo,
conoceremos los tipos de nudos más habituales :
-
Anudado
con instrumental : se utiliza cuando uno o ambos
extremos de la sutura son cortos dificultando su
manejo con los dedos. Se debe tener cuidado de
no dañar el hilo con el instrumental,
especialmente los monofilamentos.
-
Anudado
manual : nudo cuadrado o de cirujano (es el más
fácil y seguro para la mayoría de los
materiales, si se realiza incorrectamente
resultará un nudo convencional, que tiende a
deslizarse cuando aumenta la tensión entre los
planos aproximados), nudo a tensión (se utiliza
cuando los planos de sutura tienden a separarse
mientras se está haciendo el nudo) y nudo
profundo (se utiliza cuando los planos de sutura
no están en la superficie).
-
Mal
reparto de las superficies de la herida dejando en los
vértices las antiestéticas orejas de perro o
también llamadas culos de pollo. Para el cierre de
heridas con bordes de diferente longitud y cuando esta
diferencia no sea muy grande se puede realizar una
sutura discontinua, aumentando la separación entre
las puntadas que se dan al lado de la herida que tiene
mayor longitud, de manera que ambos bordes se
aproximen uniformemente. En heridas en las que hay una
gran desproporción entre ambos bordes habrá que
utilizar otras técnicas más complejas.
Conclusiones
:
-
Una
mala técnica en la sutura de heridas va a provocar
secuelas a muy largo plazo y de diversa índole.
-
El
personal de enfermería que atienda urgencias debe
adiestrarse en las técnicas de sutura así como en el
conocimiento de los diferentes materiales disponibles
para el cierre de heridas y la idoneidad de cada uno
de ellos.
Bibliografía
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